Brasilia, 18 dic (EFE).- El Gobierno brasileño anunció hoy que escogió a los cazabombarderos supersónicos Gripen-NG, fabricados por el constructor sueco Saab, en la licitación abierta para adquirir 36 aviones de combate de última generación para substituir sus Mirage 2000 de fabricación francesa, informaron fuentes oficiales.
Los aviones de Saab competían con los Rafale de la empresa francesa Dassault y con los FA-118 Súper Hornet de la estadounidense Boeing en una licitación lanzada en 2001, en el gobierno del entonces presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), y que fue suspendida varias veces por problemas presupuestarios.
Brasil pagará 4.500 millones de dólares por los 36 aviones, por debajo de los 8.000 millones de dólares exigidos por la Dassault y los 7.500 millones de dólares pedidos por la Boeing, según el anuncio oficial.
La elección tuvo en cuenta "un equilibrio entre el desempeño, la transferencia de tecnología y el costo, no sólo de adquisición sino también de mantenimiento", explicó el ministro de Defensa, Celso Amorim, en una rueda de prensa.
El ministro agregó que el Gobierno iniciará ahora un largo proceso de negociación del contrato para garantizar que todas las ventajas ofrecidas por la Saab serán cumplidas.
Además de ofrecer los modelos más baratos, la Saab se comprometió a transferir totalmente la tecnología y a compartir el desarrollo y la fabricación de sus cazabombarderos con Brasil.
La transferencia de tecnología es una de las principales exigencias del Gobierno en los últimos contratos internacionales en el área de defensa, como en el que firmó con Francia para construir cinco submarinos, uno de los cuales es de propulsión nuclear.
"La transferencia de tecnología nos dará la propiedad intelectual de todo", dijo el comandante de la Fuerza Aérea Brasileña, brigadier general Juniti Saito, en la misma rueda de prensa.
Amorim agregó que la transferencia de tecnología también prevé la apertura del código fuente de las armas que equipan el caza.
En cuanto a la fabricación en Brasil, Saito aseguró que el constructor brasileño Embraer será uno de los principales beneficiados con la elección, y que algunas de las partes del avión ya son construidas en el país.
La elección de los Gripen causó sorpresas debido a que diversas fuentes oficiales brasileñas habían admitido el favoritismo de los Rafale, y a que el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva llegó a anunciar en 2009 su preferencia por la propuesta francesa.
Los modelos de la Boeing, supuestamente los más modernos y los preferidos por los pilotos de la Fuerza Aérea Brasileña, eran considerados como la segunda opción, especialmente después de que la constructora estadounidense se comprometiera con un amplio paquete de transferencia de tecnología.
La opción por los aviones de la Saab era defendida por el alcalde de San Bernando, Luiz Marinho, un importante líder sindical y correligionario de Lula y de la presidenta Dilma Rousseff en el oficialista Partido de los Trabajadores (PT).
Ello debido a que la Saab había asumido el compromiso de instalar un centro de tecnología y desarrollo aeroespacial en esa ciudad del cinturón industrial de Sao Paulo, en la que Lula inició su carrera política y tiene su domicilio electoral, así como a transferir tecnología para empresas de la región.
Por el mismo motivo la elección de los Gripen era defendida por los líderes del Sindicato de Metalúrgicos del ABC, en el que Lula inició su carrera como líder sindical.
La Fuerza Aérea Brasileña comenzó a analizar la adquisición de los cazas en 1992 ante la entonces prevista jubilación de los ya obsoletos Mirage 2000, cuyos últimos seis modelos actualmente en operación serán excluidos de la flota este mes.
En el período que la Saab necesitará para construir los 36 aviones, Brasil utilizará unos antiguos F-5 que acaban de ser modernizados para sustituir temporalmente los Mirage. EFE
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