Anna Buj
Nueva York, 3 jun (EFE).- Wall Street siguió hoy pendiente de las conversaciones sobre el futuro de la deuda griega en una jornada marcada por las ganancias y por buenos datos económicos que empujaron a los operadores hacia el optimismo.
En una sesión sin una gran volatilidad, los principales indicadores de Nueva York cerraron en verde, con el Dow Jones de Industriales subiendo un 0,36 %, el selectivo S&P 500 avanzando un 0,21 % y el índice compuesto del mercado Nasdaq creciendo un 0,45 %.
Pero todos los ojos de Wall Street seguían en Bruselas, donde al cierre de los mercados el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, seguía reunido con el primer ministro griego, Alexis Tsipras, para abordar la urgente ayuda económica que Grecia necesita.
Los mandatarios trabajan sin descanso para intentar llegar a un acuerdo sobre las reformas que aplicará Grecia y que permitan desbloquear los 7.200 millones de euros que quedan del segundo programa de asistencia al país.
Las conversaciones se desarrollan con la vista puesta en el viernes, cuando tiene que pagar al Fondo Monetario Internacional (FMI) unos 300 millones de euros, una parte del total de cerca de 1.600 millones que debe devolver este mes.
Pero aunque Wall Street seguía de cerca los movimientos de al otro lado del Atlántico, en clave interna los operadores aplaudían un par de datos económicos mejores de lo esperado.
Por un lado, el déficit comercial bajó en abril un 19,2 %, hasta 40.900 millones de dólares, tras ubicarse en marzo en su nivel mas alto en casi siete años, según datos del Departamento de Comercio.
Los expertos habían pronosticado una disminución pero no tan grande, lo que animó a los operadores del parqué neoyorquino.
Por otro, el sector privado creó en mayo 201.000 nuevos puestos de trabajo, ligeramente por encima de lo que esperaban los analistas, según los datos difundido por el consultora ADP y a la espera de que el viernes se conozca el informe oficial de empleo.
En definitiva, la espera de noticias europeas no desanimó hoy a los inversores estadounidenses, que decidieron apostar por los datos económicos internos para cerrar la jornada en verde.