Si el próximo gobierno reconoce que Estados Unidos ya no puede ser la única superpotencia y comienza a gestionar la economía estadounidense para aumentar la rentabilidad del capital invertido en industrias que asumen riesgos, el potencial de la economía estadounidense es ilimitado, afirmaron el jueves analistas de Gavekal Research.
Los analistas se refirieron a esta decisión como crítica para Estados Unidos y aclararon que el dólar estadounidense se convirtió en la moneda mundial dominante no intencionadamente, sino porque otras naciones prefirieron mantener sus reservas en dólares estadounidenses en lugar de en otras divisas.
Una nación alcanza este estatus cuando cumple varios requisitos importantes: amplia influencia cultural, dominio naval sobre las rutas marítimas internacionales y el comercio mundial, y avances científicos punteros que impulsan el crecimiento a través de la innovación y la sustitución de sistemas obsoletos, explicaron los analistas.
Los analistas también observaron que si el próximo gobierno de Estados Unidos intenta mantener su posición monetaria dominante, podría tener consecuencias negativas tanto para la economía estadounidense como para su influencia internacional, lo que daría lugar a un mundo más inestable.
Históricamente, Estados Unidos también ha sido líder en el ámbito industrial, al fabricar equipos militares superiores; en el agrícola, al suministrar alimentos a las naciones aliadas en situaciones de emergencia; en el financiero, al permitir que otros países utilicen sus mercados financieros para obtener préstamos; y en el jurídico, al salvaguardar los activos de particulares extranjeros como si fueran propiedad de ciudadanos estadounidenses.
Estos elementos, señalaron los analistas, eran evidentes en 1945 y se afianzaron aún más cuando Arabia Saudí decidió fijar los precios de su petróleo en dólares estadounidenses, lo que dio a Estados Unidos una influencia económica considerable.
Según los analistas, esta supremacía económica permitió a Estados Unidos operar sin las limitaciones de las balanzas comerciales exteriores, ya que otras naciones necesitaban reinvertir sus excedentes comerciales en dólares estadounidenses, financiando así los déficits de Estados Unidos.
Esta "ventaja excepcional", como la calificó el economista francés Jacques Rueff, significaba que Estados Unidos sólo tenía que aplicar políticas monetarias restrictivas cuando se enfrentaba a amenazas de inflación, y no debido a desequilibrios comerciales, afirmaron los analistas.
Sin embargo, los analistas también destacaron que en las dos últimas décadas, Estados Unidos ha experimentado una reducción de estos rasgos definitorios, cumpliendo actualmente sólo dos de los criterios esenciales para ser el emisor de la moneda mundial dominante: liderazgo en innovación y sustitución de sistemas obsoletos, y mantenimiento del control sobre las rutas marítimas internacionales.
Los analistas señalaron el notable descenso del sector manufacturero estadounidense y la disminución de la clase media, con un aumento de la riqueza para los acaudalados y una disminución para los menos afortunados.
También mencionaron que muchas personas de fuera de Estados Unidos ya no confían en recibir un trato equitativo en el sistema jurídico estadounidense, ni consideran que las universidades de Estados Unidos sean las mejores del mundo. Además, el crecimiento del déficit presupuestario y del déficit comercial de Estados Unidos se ha utilizado para sostener el nivel de vida interno y la adquisición de productos extranjeros, respectivamente.
Para cubrir estos déficits externos, los analistas explican que Estados Unidos ha dependido de la creación de grandes empresas monopolísticas en el sector tecnológico y ha fomentado la inversión extranjera en estas empresas promoviendo la idea de que invertir en una gama diversa de valores es la estrategia más eficaz para la asignación de capital.
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