Madrid, 25 oct (.).- El sector químico español prevé cerrar 2023 con un descenso del 6,8 % en su facturación, al ingresar 6.000 millones menos que en 2022, debido al coste de la energía y la caída de la demanda, que le ha forzado a bajar los precios.
"El actual diseño del mercado energético es incapaz de mostrar precios competitivos frente a otras áreas geográficas, como EEUU", lamentó hoy la presidenta de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique), Teresa Rasero, durante la presentación de las cifras económicas del sector.
Así, el sector, que prevé cerrar 2023 con una facturación de 83.799 millones, reclama la instauración de una tarifa industrial para mantener la competitividad de sus 3.100 empresas, en vistas de que los precios registrados de la electricidad son el doble que en 2022 y la dificultad para regular el mercado de la energía.
El coste energético golpea directamente a la demanda de productos químicos, en retroceso desde el segundo semestre de 2022, afectada también por la subida de tipos de interés, que limita el acceso al crédito y la financiación.
No obstante, la patronal asegura que las empresas "no se encuentran en una situación de vulnerabilidad financiera" al ser capaces de reducir su endeudamiento en años anteriores, gracias a los elevados volúmenes de ventas de 2021 y 2022.
El sector espera que en 2024 la cifra de negocio repunte un 2,4 %, hasta los 85.820 millones, propiciada por una mejor coyuntura económica y comportamiento de la demanda, aunque este escenario solo propiciaría recuperar un tercio de las pérdidas de 2023.
En comparación con datos prepandemia -en 2019 se anotaron más de 66.000 millones de negocio-, los ingresos acumularán un crecimiento del 30,1 % hasta 2024, aupados por el incremento de los precios de los productos químicos -un 28,4 % más altos que hace cuatro años- más que en la mejora de la productividad.
Más producción a menor precio
Pese a la caída en la cifra de negocio, Feique prevé que la producción crezca un 0,8 % este año, y que aumente un 1,2 % en 2024.
Se trata de un crecimiento insuficiente para mejorar las cifras de facturación de este ejercicio, ya que la industria se ha visto abocada a bajar precios en 2023 tras la ralentización de la demanda.
Por sectores, la química básica -actividad industrial que elabora productos básicos para otras industrias-, caracterizada por su mayor consumo de materias primas y energía, es la que padece la mayor reducción productiva, hasta un 11,8 menos que en 2022.
"Somos importantes para que la industria del país sobreviva y si la química básica no va, nos afecta", ha puntualizado Rasero. La química de consumo y la de salud cuentan con un situación más sólida en términos de producción.
Un billón de euros para garantizar competitividad
Los resultados de la industria química española coinciden con los alcanzados por la europea, en la que se nota el estancamiento productivo y de ganancias de potencias como Alemania y Países Bajos.
En consonancia con otros países, las entidades del sector en España avanzan en la desfosilización de su actividad manufacturera con el objetivo de cumplir con la exigencia europea de reducir un 20 % las emisiones de CO2 en 2030 y alcanzar su supresión antes de 2050.
Para ello, la industria europea requiere de un billón de euros hasta 2050 -cerca de 35.000 millones al año- para modificar las operaciones de suministro y desarrollar tecnologías que permitan neutralizar las emisiones.
El sector apunta que, para alcanzar dicho presupuesto, no se puede solo depender de ayudas institucionales, sino que se tiene que garantizar "la mejora competitiva" y ahí es donde se deben concentrar "las decisiones de los diferentes poderes públicos, ejecutivos o legislativos", según Rasero, que destaca la importancia de fomentar la innovación y desarrollo tecnológico.
Renovación del convenio general de la industria química
Mientras, la Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT (UGT-FICA) prepara su estrategia para negociar la actualización del Convenio General de la Industria Química, vigente hasta el próximo 31 de diciembre.
El sindicato trabaja en la presentación de una nueva subida salarial para los trabajadores, que partirá de la ya acordada en el presente acuerdo laboral.
El fin de dicho convenio supondrá "importantes incrementos salariales para los más de 300.000 empleos directos de la industria química, farmacéutica, del caucho y del plástico", al aplicarse la cláusula de actualización salarial, indicó la organización sindical.
El vigente convenio, firmado en julio de 2021, fijó una subida salarial pactada del 5 % para sus tres años de duración, a la que se suman el IPC de 2021, 2022 y 2023.
La adecuación del incremento salarial a este parámetro se traducirá en un avance superior al 15 % en el conjunto de los tres años, a falta de conocerse el IPC de 2023, que se presentará en enero de 2024.
UGT-FICA señala que el próximo 1 de enero "se deben actualizar las tablas salariales con arreglo al incremento real", lo que supondrá un incremento del 12,2 % para 2021 y 2022, mientras que la subida de 2023 se aplicará con posterioridad, una vez se conozca oficialmente el IPC.