Cancún (México), 21 mar (EFE).- El Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) afirmó hoy que el Fondo Monetario Internacional
(FMI) debería convertirse, en casos de crisis, en un prestamista
mundial de última instancia para los países emergentes, y así
asegurar que las naciones solventes no padezcan dificultades.
En un estudio difundido hoy en el marco de la Asamblea Anual del
BID, que se celebra en la ciudad mexicana de Cancún, el banco
concluye que "la disposición de la comunidad internacional a
proporcionar préstamos de emergencia" durante la crisis de 2009 jugó
"un papel importante en la prevención del contagio financiero" en
Latinoamérica.
Por esta razón, la investigación, titulada "Las secuelas de la
crisis: Lecciones de política y desafíos próximos para América
Latina y el Caribe", plantea que "a fin de evitar futuras crisis
financieras, las economías emergentes necesitan contar en el futuro
con un prestamista internacional que funcione como un mecanismo
financiero de última instancia".
No se trata de crear un banco central del mundo, en la medida en
que el BID no plantea que ese organismo emita moneda alguna, sino de
estructurar una entidad que brinde "el apoyo necesario para
satisfacer las obligaciones financieras a corto plazo de un país".
"En los períodos de falta extrema de liquidez en el mercado
internacional de capitales, el hecho de tener acceso a recursos de
emergencia es algo sumamente valioso", indicó el vicepresidente de
Sectores y Conocimiento del BID, Santiago Levy, quien participó en
el estudio.
"A diferencia de otras crisis anteriores, en esta ocasión la
comunidad financiera internacional mostró desde el principio una
predisposición a prestar ayuda a los mercados emergentes de una
forma oportuna, incondicional, preventiva y considerable", agrega el
análisis.
Según el BID, la disponibilidad internacional de recursos durante
la crisis afectó positivamente "las percepciones del mercado sobre
la capacidad de los países para superarla", lo que "ayudó a aliviar
las preocupaciones de los inversores", prevenir que se "dispararan
los diferenciales de los bonos" y evitar "graves contracciones
económicas en muchos países".
A juicio del BID, para que un mecanismo de esa naturaleza
funcione, solo los gobiernos que sigan "políticas monetarias,
fiscales y cambiarias acertadas" deberán ser "preaprobados para
poder retirar fondos".
"El FMI es la institución mejor ubicada para administrar ese
mecanismo", puntualiza el texto.
El BID considera que la línea de crédito flexible que lanzó el
FMI en abril de 2009, para ayudar de manera "incondicional y a
plazos más largos" a los países con políticas adecuadas que
enfrentaron restricciones de liquidez durante la crisis, es un "gran
paso" hacia el establecimiento de un mecanismo como el que propone.
Países como México se han beneficiado de esa línea de crédito
especial del FMI.
Sin embargo, el BID advierte que la financiación a largo plazo de
una iniciativa de ese estilo debe estar garantizada, para reducir la
tentación de los países de continuar acumulando reservas
internacionales. EFE