Aumenta la preocupación pública por las conexiones financieras de JPMorgan Chase (NYSE:JPM) con Third Coast Infrastructure a raíz de un reciente vertido de petróleo en el Golfo de México. El incidente, detectado el pasado jueves por la Guardia Costera de Estados Unidos (USCG), no provocó daños medioambientales inmediatos, pero ha sacado a la luz los vínculos de JPMorgan con el sector energético y sus cuantiosas inversiones en combustibles fósiles.
Actualmente se están llevando a cabo operaciones de limpieza del vertido, en las que participan embarcaciones de limpieza y vehículos teledirigidos. Hasta el lunes no se había informado de ningún impacto en la costa. Third Coast Infrastructure, vinculada al vertido, es propiedad parcial de IIF, entidad a la que JPMorgan está legalmente afiliada según un informe de septiembre de la Comisión Federal Reguladora de la Energía (FERC).
En medio de estos acontecimientos, Tyson Slocum, de Public Citizen, ha expresado su preocupación por el hecho de que bancos como JPMorgan posean empresas energéticas. Ha pedido que la Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal aplique la Ley de Sociedades de cartera bancarias y la Regla Volcker. En concreto, Slocum ha solicitado que el Vicepresidente de Supervisión, Michael S. Barr, investigue las posibles infracciones legales por parte de JPMorgan debido a sus amplias inversiones en combustibles fósiles.
Las actividades de financiación de JPMorgan han sido objeto de un examen minucioso, con informes que muestran que el banco ha financiado 434.150 millones de dólares en combustibles fósiles entre 2016-22 después del acuerdo de París y ha invertido más de 141.000 millones de dólares en "bombas de carbono." Estos proyectos de extracción a gran escala tienen un potencial significativo de emisiones de CO2. Un informe anual publicado en abril destacó a JPMorgan como el "peor financiador del mundo" del cambio climático, una cuestión apremiante a medida que aumenta la conciencia mundial sobre la emergencia climática.
La situación se agravó el martes, cuando Third Coast Infrastructure se ausentó notablemente de una sesión informativa federal sobre el vertido y no hizo comentarios sobre el incidente. Este silencio ha suscitado aún más dudas sobre el papel y la responsabilidad de JPMorgan en este tipo de cuestiones medioambientales.
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