Ilya U. Topper
Estambul, 22 jun (.).- La Bolsa de Estambul ha cerrado este jueves con una subida del 4,65 % con la que pone fin a la senda bajista de las últimas semanas, mientras que la lira turca perdía un 4,5 % cinco horas después de que el Banco Central anunciara una subida de 6,5 puntos, hasta el 15 %, en los tipos de interés.
El BIST-100 -el principal índice del parqué estambulí- concluyó la sesión de hoy en 5.428 puntos, un 4,65 % más que al término de la sesión del miércoles.
Si bien ha recuperado así la cota del viernes pasado, sigue aún lejos de la marca histórica marcada en la segunda semana de junio, cuando superó los 5.600 puntos.
La subida del BIST-100 ha ido a grandes rasgos paralela a la devaluación de la lira, ya que las acciones de las empresas inscritas en ese índice atraen a los inversores que buscan un refugio seguro en un entorno incierto, marcado por el debilitamiento de la moneda nacional, con una devaluación del 60 % en dos años.
La lira retrocedió a nuevos mínimos al cotizar a 24,7 unidades por dólar y 27 por euro a las 16.00 horas GMT, una caída del 4,5 % en cinco horas que se suma a la del 15 % ocurrida a inicios del mes, cuando el Banco Central fin a las intervenciones de venta de divisas para mantener estable la moneda.
El esperado anuncio de una fuerte subida de tipos, hasta ahora en un 8,5 %, debería haber servido para estabilizar la moneda, pero el incremento hasta el 15 % ha sido menor del esperado, ya que los analistas habían vaticinado que se situaría en una horquilla de entre el 20 y el 25 %.
Aún esta cota habría estado claramente por debajo de la inflación interanual, que roza actualmente el 40 %.
Durante los últimos años, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha insistido en una política de tipos bajos para incentivar las inversiones, el consumo interno y la exportación.
Esta estrategia impulsó una inflación galopante que llegó a superar el 80 % en el verano de 2022.
Los analistas descartaron un cambio de rumbo antes de las elecciones de mayo pasado, para evitar el descontento popular que causaría un estancamiento de la economía y un aumento del desempleo, pero sí esperaban un giro después de los comicios.
Tras resultar reelegido el pasado 28 de mayo para un tercer mandato presidencial, Erdogan nombró a la economista turca Hafize Gaye Erkan, de 44 años, al frente del Banco Central.
El nombramiento de esta experta con una brillante carrera realizada en Estados Unidos parecía confirmar el regreso a una política monetaria ortodoxa dirigida a sanear la frágil economía turca y estabilizar la moneda.
Sin embargo, la subida de 6,5 puntos es percibida como demasiado cautelosa y ha dejado la impresión de que la nueva gobernadora tiene un margen limitado para modificar el rumbo marcado hasta ahora por el presidente.
El Banco Central ha prometido futuras subida graduales, pero los analistas dudan de que así se pueda cortar el ciclo inflacionista, una inseguridad que parece haber socavado aún más la confianza en la lira.