Álvaro Mellizo
Teherán, 21 feb (EFE).- Mientras los parqués de todo el mundo luchan en este inicio de 2016 para contener sus pérdidas, lastrados por las malas noticias sobre China, el petróleo y la inestabilidad global, la Bolsa de Valores de Teherán vive uno de los mejores momentos de su historia con alzas del 20 % en el último mes.
El fin de las sanciones económicas internacionales que pesaban sobre la República Islámica, y su consiguiente regreso al mundo económico internacional, ha tenido sus primeras repercusiones tangibles en el parqué de Teherán, con beneficios récord y con perspectivas de seguir creciendo mientras los ojos de la industria financiera global se vuelven poco a poco hacia el país.
Entre el 17 de enero, la fecha en la que se dieron por eliminadas las sanciones contra Irán, y el 16 de febrero, el índice general de la Bolsa de Teherán subió un 16 %, cifra que supera el 20 % si se empieza a contar desde el cierre de los mercados en 2015.
En valor de mercado, las empresas que cotizan en la Bolsa de Teherán han llegado a la nada despreciable cifra de 112.000 millones de dólares.
Como contraste, hasta el 17 de febrero el índice IBEX 35 de la Bolsa de Madrid acumuló unas pérdidas anuales del 12,36 %, y a mediados de mes el Dow Jones de Wall Street había caído un 8,3 % desde el comienzo del año, uno de los peores que recuerde el mercado.
Además, en ese período el promedio de transacciones en la Bolsa de Teherán ha pasado de unos 50 millones de dólares diarios hasta unos 150 millones diarios desde esa fecha, y hay serias perspectivas de que la cifra vaya a seguir subiendo, al menos en el medio plazo, según explicó a Efe Hamid Ruhbajsh, su director de relaciones públicas.
"Esta situación demuestra que los inversores tienen más interés en invertir tras el acuerdo nuclear, y que le ven un mejor futuro económico a Irán. Si comparamos los inversores extranjeros antes y después (del fin de las sanciones), su presencia en el mercado se ha multiplicado por diez", añadió Ruhbajsh.
Este interés por el país y las oportunidades que ofrece como uno de los mayores mercados aún por explotar, con una de las mayores reservas de hidrocarburos del planeta y con una población ávida por consumir, ha servido para contrarrestar todos los problemas que afectan al resto de las bolsa de valores del mundo.
Así, mientras la caída del precio del petróleo ha sido vista como una losa en parqués internacionales, en Irán, y pese a que su economía depende fundamentalmente de los hidrocarburos, esto no ha afectado lo más mínimo e incluso las empresas listadas que trabajan en ese sector han registrado fuertes subidas.
Irán aguarda grandes inversiones en ese sector, necesitado de una gran modernización tras años de anquilosamiento y aislamiento global, y todo indica que ese dinero llegará al país en corto plazo, o al menos así lo han interpretado los operadores.
Lo mismo pasa con la debilidad del crecimiento chino, un dato que asusta a los inversores de otros países pero que en Irán, que tiene en China a su mayor socio comercial, no ha planteado problema alguno.
China seguirá comprando petróleo iraní, y cada vez comprará más, al menos hasta alcanzar el volumen previo a las sanciones, pese a su flojo desempeño económico.
Desde Teherán incluso se estima que los índices subirán aún mas según se multiplique el interés extranjero por invertir allí y que de momento estas subidas han sido tan solo un "movimiento de tanteo" de los inversores.
"Muchos de ellos seguramente que están investigando el ambiente de inversión, porque nadie lo van a hacer con mucha prisa (...) Estamos seguros de que en los próximos meses los expertos llegarán a una conclusión (sobre invertir en Irán) y entrarán con más fuerza", añadió Ruhbajsh.
En la próxima semana está previsto que la Bolsa de Teherán y la de Estambul pongan en marcha un acuerdo para establecer listados conjuntos, al tiempo que otras organizaciones, como la Bolsa de Londres o la de Múnich también han comenzado a negociar con ellos diversas posibilidades para impulsar la inversión.