Roma, 17 nov (.).- La incertidumbre en torno a la situación financiera del banco Carige, que necesita de una ampliación de capital de 560 millones de euros, ha despertado hoy los temores de los inversores en la bolsa milanesa, donde el título ha quedado suspendido por decisión del regulador bursátil.
El regulador bursátil italiano (Consob) informó en un comunicado de su decisión de congelar temporalmente las acciones del banco después de que haya paralizado por falta de apoyos el lanzamiento de su ampliación de capital, con la que pretendía sanear su situación financiera.
Las dudas sobre el estado de esta antigua caja de ahorros genovesa han provocado temores entre los inversores y en la plaza milanesa Banca Mediolanum (MI:BMED) perdía un 1,16 % poco antes del cierre, Intesa Sanpaolo (MI:ISP) se dejaba un 0,57 %, Bper Banca un 0,53 %, UniCredit (MI:CRDI) un 0,36 %, y Mediobanca (MI:MDBI) (- 0,20 %).
El banco Carige necesita ampliar su capital en 560 millones para solventar sus problemas financieros y la operación, que pretendía lanzar el próximo lunes, debía ser aprobada el pasado miércoles.
Sin embargo, el consejo de administración no logró alcanzar un acuerdo con el consorcio con el que negocia la mencionada ampliación y por ello quedó paralizada.
El consejero delegado de Carige, Paolo Fiorentino, trabaja para llegar a un entendimiento con los bancos Deutsche Bank (DE:DBKGn), Credit Suisse (SIX:CSGN) y Barclays (LON:BARC), que forman el consorcio de garantía, para concluir la operación antes de finales de diciembre, plazo otorgado por el Banco Central Europeo.
La complicada situación de Carige ha vuelto a despertar la inquietud sobre el estado del sector bancario en el país, en un momento en el que la antigua cooperativa de Credito Valtellinese (Creval) trata de aumentar su capital en 700 millones de euros, después de que haya cerrado el tercer trimestre con una pérdida de 402,6 millones de euros.
Si Carige no logra completar la ampliación de capital que precisa, algunos medios especializados como "Il Sole 24 Ore" avanzan que el Estado italiano podría solicitar su liquidación, como hizo hace unos meses con los bancos vénetos Banca Popolare di Vicenza y de Veneto Banca.
En junio, el Gobierno italiano procedió a la liquidación ordenada de estas dos entidades a través de un proceso por el que el banco Intesa Sanpaolo asumía la parte sana a cambio de un euro simbólico, mientras los créditos deteriorados pasaban a la Sociedad para la gestión de las actividades (SGA), dependiente del Departamento del Tesoro italiano.
Esta no ha sido la única medida que ha tenido que aplicar el Estado italiano para solucionar los problemas de su sector bancario, cuyo talón de aquiles es la severa cartera de créditos morosos que acumula.
En julio, la Comisión Europea dio el visto bueno para que el Gobierno italiano recapitalizara por vía cautelar y con dinero público al banco Monte dei Paschi di Siena (MI:BMPS) (MpS), fundado en 1472.
Ya en noviembre de 2015 Italia rescató con un decreto conocido como "salva-banche" (salva bancos) a los bancos Popolare Etruria, Banche Marche, Cariferrara y Carichieti.