Madrid, 6 may (.).- El frenazo de la economía, que ya está creciendo menos de lo esperado por los precios de la energía y la guerra de Ucrania, y la previsible subida de la morosidad del crédito son dos de los factores que, de materializarse, podrían lastrar el beneficio conjunto de la gran banca española en 2022.
En su informe trimestral sobre los resultados del sector, la consultora española Neovantas considera que, para evitarlo, estas entidades deberán seguir optimizando sus procesos de gestión de riesgos para conceder préstamos, así como los de gestión de cobros, para lo que será "fundamental" la adecuada explotación de los datos de sus clientes.
Sin embargo, entre las grandes bazas con las que cuenta el sector para equilibrar la balanza, el informe destaca el incremento de los tipos de interés en el corto plazo, que se empezarán a notar en las cuentas después de la vuelta a terreno positivo del euríbor (0,12 % a finales de abril) por primera vez desde 2016.
También se notarán las reducciones de costes por las reestructuraciones que las entidades llevan aplicando desde hace 15 años y que se han traducido en el recorte de más del 58 % de las sucursales -de 45.000 a 19.000 – desde 2008 y de más del 64 % de los trabajadores de la red comercial –de 277.000 a 179.000-.
Los resultados de la gran banca en España en el primer trimestre de este año "han sido positivos e incluso han superado las expectativas" tras sumar 1.983 millones de euros, un 50 % que en el primer trimestre de 2021, sin contar con las plusvalías de 4.300 millones de euros por la fusión de Bankia (BME:BKIA) y Caixabank (BME:CABK).
En estas cuentas destaca el buen comportamiento de las comisiones netas, que crecen un 30,5 % año contra año, así como el descenso del 113 % de las provisiones, que han ayudado a provocar subidas relevantes en bolsa en los primeros meses de 2022, del 133 % en el caso del Banco Sabadell (BME:SABE) y del 43 % en el caso del Banco Santander (BME:SAN).
Otro punto positivo es la evolución de la pandemia, cuya incidencia va cayendo poco a poco desde el arranque de 2022, gracias a la cepas menos letales del virus covid-19, lo que hace que vayan desapareciendo muchas restricciones y permite volver a "una cierta normalidad".
Sin embargo, la crisis de la energía, así como la de los suministros globales unida a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, han provocado un aumento de los precios que en España se tradujo en una inflación del 8,5 % en abril y del 9,8 % en marzo, las más elevadas en las últimas tres décadas.
Esta situación está derivando en una contracción del consumo de los hogares del 3,7 % según los últimos datos disponibles.
Todo esto ha obligado al Gobierno a revisar a la baja sus proyecciones de crecimiento en 2022 del 7 % inicial al 4,3 %, que según el Banco de España será menor en 2023, del 2,9 % y en 2024 (2,5 %).
En cuanto a la tasa de paro, aunque España sigue a la cabeza de Europa, el Banco de España se muestra más optimista y reduce sus previsiones del 14,2 % al 13,5 % en 2022, y las sitúa en el 12,8 % en 2024.