Bruselas, 9 nov (.).- El pleno del Parlamento Europeo fijó este jueves su posición negociadora sobre la revisión de las normas de la Unión Europea (UE) para reducir las emisiones contaminantes de turismos, furgonetas, autobuses y camiones.
Con 329 votos a favor, 230 en contra y 41 abstenciones, los eurodiputados aprobaron el nuevo Reglamento Euro 7, que actualizará los límites para las emisiones de escape (como óxidos de nitrógeno, partículas, monóxido de carbono y amoníaco) e introducirá nuevas medidas para reducir las emisiones de neumáticos y frenos así como aumentar la durabilidad de las baterías.
El Ejecutivo comunitario propuso el 10 de noviembre de 2022 normas más restrictivas para las emisiones de vehículos con motores de combustión, sin importar el combustible utilizado, aludiendo que, "aunque la calidad del aire ha mejorado" la población urbana europea sigue expuesta a altas "concentraciones contaminantes".
Si bien los límites actuales ya se aplican a los automóviles y furgonetas (Euro 6) y a los autobuses, camiones y otros vehículos pesados (Euro 5), la novedad propuesta (Euro 7) hace referencia a las emisiones no de escape (los microplásticos de neumáticos y partículas de frenos) e incluye requisitos sobre la durabilidad de las baterías.
Según la misma institución en su propuesta, la contaminación atmosférica causó más de 300.000 muertes prematuras en la Unión Europea en 2018.
Así, los europarlamentarios estuvieron a favor de los niveles de emisiones fijados por la Comisión para los turismos, pero propusieron un desglose adicional de las emisiones en tres categorías para los vehículos comerciales ligeros según su peso.
Además, la Eurocámara propuso límites más estrictos a las emisiones de gases de escape medidos en laboratorio y en condiciones reales de conducción para autobuses y vehículos pesados, además de armonizar las metodologías de cálculo.
El relator del informe, el eurodiputado checo Alexandr Vondra (Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos) afirmó haber alcanzado un "equilibrio" entre los objetivos medioambientales y los intereses de los fabricantes "alejados de posiciones extremas".
Por su parte, la eurodiputada de Ciudadanos Susana Solís, única negociadora española de esta legislación, opinó tras la votación que "es la única propuesta congruente que logra mejorar la calidad del aire, promover la movilidad sostenible y mantener la industria automovilística europea sin llevarse por delante el bolsillo del ciudadano".
Sin embargo, tras la aprobación de la Eurocámara, el grupo ecologista Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E) calificó la norma aprobada como "peor que inútil" puesto que, bajo su criterio, "será utilizada para lavar de verde los automóviles sucios" y "no logra aumentar significativamente la protección contra la contaminación del aire", según su comunicado de prensa.
Por su parte, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles ( ACEA (BIT:ACE)) afirmó que, si bien el Parlamento votó "un enfoque más realista" en comparación con lo propuesto por la Comisión, Euro 7 "tiene todavía un precio elevado y se encuentra en un momento crítico para la industria".