Madrid, 2 feb (.).- Paja, cáñamo, cacao, margaritas e incluso algas, son algunos de los materiales a los que la industria está dedicando inversiones millonarias para hallar la mejor forma de envasar alimentos sin usar plástico, un elemento sobre el que recae una creciente presión medioambiental, normativa e impositiva.
Las grandes empresas dedicadas a la fabricación de envases también han empezado a girar sobre nuevos ejes en el manejo del plástico, basados en el ecodiseño y la circularidad del material, mediante la reciclabilidad y la compostabilidad, según han explicado a Efeagro.
Tratan de adaptarse a las nuevas normativas que han entrado en vigor hace apenas un mes, el impuesto al plástico, de 0,45 euros por cada kilogramo de plástico que no sea reutilizable, y el real decreto de envases, que obliga a reducir las botellas de plástico de un solo uso o aumentar los envases reutilizables.
No obstante, algunas de ellas aseguran que ya habían comenzado a trabajar en esta dirección como una forma de anticiparse a los requisitos marcados en la legislación y promover el desarrollo de nuevas tecnologías y procesos.
117 MILLONES PARA ENSAYAR CON FIBRAS VEGETALES
La empresa de empaquetado sostenible DS Smith (LON:SMDS) ha informado de que está invirtiendo 117 millones de euros en un plan de I+D+i para probar la capacidad de distintas fibras alternativas como las margaritas, las cáscaras de cacao, los residuos agrícolas en forma de paja, el cáñamo o el miscanto.
Adicionalmente, ha resaltado que sus ensayos con algas marinas son los primeros que realiza el sector con esta materia y que las primeras pruebas muestran que podrían sustituir al plástico gracias a su resistencia al agua.
DS Smith forma parte del Cluster de Innovación en Envase y Embalaje, que agrupa a 70 empresas de la cadena de valor del envase y el embalaje de España y en cuyo seno se encuentran el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (Itene) y el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas), dos centros tecnológicos punteros a la hora de trabajar con materiales.
Estos centros están trabajando con fibras naturales como cáñamo, yute, sisal, lino, algodón, celulosa o residuos agrícolas, para que puedan reforzar los bioplásticos y alcanzar unas características similares a las de los plásticos convencionales, ha contado a Efe el director del Cluster, Javier Pérez.
ENVASES MONOMATERIAL Y MONOCAPA
La plataforma EsPlásticos, que agrupa a diferentes agentes de la cadena de valor de los plásticos, ha mostrado su preocupación por la sustitución de materiales plásticos por otros que, en su opinión, "no cuentan con las mismas garantías de seguridad alimentaria", y ha señalado en este sentido al bambú.
En declaraciones a Efe, ha criticado, además, que la irrupción del papel "en la mayoría de las ocasiones viene acompañado de materiales plásticos para protegerlo de la humedad e impermeabilizar los envases" y que "esto provoca productos multicapa y multimaterial que perjudican al reciclado y aumentan el impacto ambiental".
En ese sentido, considera que "en la mayoría de las situaciones el propio plástico esta siendo la mejor solución", a través del ecodiseño, "optimizando materiales y simplificando estructuras yendo a envases monomaterial y monocapa".
Para ciertas aplicaciones, esta plataforma considera también los bioplásticos, bien materiales de fuentes renovables, o bien materiales biodegradables y compostables.
Según datos de 2021 del Instituto Nacional de Estadística (INE) -los más recientes hasta la fecha-, la suma de la inversión en I+D que realizaron 243 empresas del sector del plástico ascendió a 103,2 millones de euros.
DESARROLLO DE PLÁSTICO RECICLABLE Y .POSTABLE
Uno de los grandes actores del sector la fabricación de envases en plástico rígido y flexible, el grupo Lantero, ha expresado a Efe que actualmente el objetivo principal de su área de desarrollo es la circularidad del plástico que utiliza, haciendo que sea reciclable y compostable.
La empresa ha contado a Efe que está trabajando tanto con su propio centro de innovacción, Innotech, como en colaboración con todos los eslabones de la cadena de valor del envase, y centros tecnológicos, universidades y empresas emergentes.
Así, fuentes de la compañía han explicado que están trabajando con materiales origen biológico, como el ácido poliláctico (PLA) para la producción de láminas para los envases de yogur, por ejemplo.
Y como fruto de las colaboraciones con otras empresas figura el proyecto "Biontop", un consorcio de más de veinte compañías que cuenta con financiación europea cuya principal finalidad es desarrollar "envases reciclables competitivos en costes que puedan ser reciclados mecánicamente, compostables industrialmente o en el hogar, o adecuados para la digestión anaeróbica".