Spirit Airlines (NYSE:SAVE) sufrió hoy una caída dramática en el precio de sus acciones, con un desplome del 37% hasta alcanzar un mínimo histórico, tras los informes de que la compañía podría estar considerando declararse en bancarrota. La aerolínea de ultra bajo coste ha estado atravesando dificultades financieras, incapaz de generar beneficios a pesar de la fuerte demanda de viajes, lo que ha sembrado dudas sobre su capacidad para afrontar los próximos pagos de deuda.
La deuda a largo plazo y los arrendamientos financieros de la compañía, excluyendo los vencimientos actuales, ascendían a aproximadamente 3.060 millones de dólares al 31.12.2022. Spirit Airlines se enfrenta a una fecha límite crítica el 21.10.2023 para refinanciar 1.100 millones de dólares en bonos de fidelización que vencen el próximo año.
Según el Wall Street Journal, Spirit está actualmente en negociaciones con los tenedores de bonos sobre los términos de una posible declaración de bancarrota, aunque tal declaración, de producirse, no se espera que sea inmediata.
Reuters no pudo verificar este informe de inmediato, y Spirit Airlines ha remitido a las declaraciones del CEO Ted Christie durante la presentación de resultados del segundo trimestre en agosto, donde mencionó "conversaciones productivas" con los asesores de los tenedores de bonos, pero se negó a responder preguntas sobre el tema. En junio, Christie aseguró a los accionistas que la compañía no estaba contemplando la protección por bancarrota.
Los analistas, incluida Savanthi Syth de Raymond James, anticiparon el jueves que Spirit podría ser capaz de negociar con sus acreedores para evitar la bancarrota. A pesar de que las acciones han perdido más del 85% de su valor este año, cotizando a 1,67 dólares por la tarde, aún persiste cierto optimismo respecto a un posible acuerdo con los tenedores de bonos.
El futuro de Spirit Airlines se tornó incierto tras el fracaso de un acuerdo de fusión de 3.800 millones de dólares con JetBlue Airways (NASDAQ:JBLU). La aerolínea no ha sido rentable en cinco de los últimos seis trimestres y ha pronosticado una pérdida aún mayor para el tercer trimestre. Los desafíos incluyen una feroz competencia por clientes sensibles al precio, un exceso de oferta de asientos en el mercado doméstico y costosos problemas con los motores de turbofan engranados Pratt & Whitney de RTX que han llevado a la inmovilización de aviones.
En un esfuerzo por mejorar su situación financiera, Spirit ha implementado medidas de reducción de costes y ha buscado atraer a viajeros premium. A pesar de estos esfuerzos y una perspectiva de ganancias ligeramente mejorada debido a los recortes de capacidad de otras aerolíneas en el mercado doméstico, como señaló Syth, Spirit aún enfrenta obstáculos significativos para reestructurar sus costes.
Reuters contribuyó a este artículo.
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