Nueva York, 6 ene (EFE).- El grupo malasio Genting persigue los derechos exclusivos para operar los primeros casinos que tendrá Nueva York si prospera la iniciativa para legalizarlos del gobernador del estado, Andrew Cuomo, publica hoy el diario New York Post.
Genting construirá en el barrio de Queens el mayor centro de convenciones de Estados Unidos, pero quiere lograr a cambio los derechos exclusivos para operar los futuros salones de juego legales de la ciudad, según fuentes próximas a las conversaciones citadas por el rotativo.
El gobernador estatal anunció el miércoles una propuesta por la cual Genting invertirá 4.000 millones de dólares para levantar en Nueva York el mayor centro de convenciones de Estados Unidos, que además tendrá capacidad para 3.000 habitaciones de hotel.
La nueva estructura reemplazará al vetusto centro Jacob Javits en la isla de Manhattan y promete generar numerosos puestos de trabajo e ingresos para las arcas estatales.
Aunque las negociaciones fueron desmentidas oficialmente por ambas partes, un documento suscrito entre las autoridades neoyorquinas y el grupo malasio y que cita el New York Post incluye la posibilidad de abrir un casino en el complejo que construirá Genting.
Genting ya opera desde octubre de 2011 un salón de juego legal pero limitado a ciertos juegos de azar situado dentro del hipódromo Aqueduct de Queens, en el mismo lugar donde se planea levantar el centro de convenciones.
La firma malasia se convirtió hace dos años en la primera en operar un casino en Singapur, que después de décadas de resistencia al juego autorizó este centro y otro gestionado por la empresa estadounidense Las Vegas Sand para promocionar el turismo en el país del sureste asiático.
Cuomo es partidario de legalizar los casinos en Nueva York, donde el juego está prohibido salvo en los cuatro situados en reservas de nativos indios, para lo cual necesitará enmendar la Constitución del estado, cuyos habitantes normalmente viajan a la cercana Atlantic City (Nueva Jersey) para apostar en las cartas o en las máquinas tragamonedas. EFE