Toronto (Canadá), 15 ene (.).- Los jefes de Gobierno provinciales de Canadá se reunieron este miércoles con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, para tratar la amenaza del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, de aplicar aranceles del 25 % al comercio bilateral.
La reunión, celebrada en Ottawa y a la que asistieron los jefes de Gobierno de las 10 provincias del país, así como de sus tres territorios, tiene como objetivo conocer los planes de Trudeau para evitar los aranceles, así como coordinar una respuesta nacional si Trump finalmente los aplica.
El Gobierno canadiense ha advertido de que los aranceles tendrán consecuencias "devastadoras" para el país que en 2023 exportó a EE.UU. productos por valor de 592.700 millones de dólares canadienses (unos 402.000 millones de euros) e importó 484.000 millones de dólares canadienses.
Los dos países tienen desde 1988 un acuerdo de libre comercio, que en 1992 se convirtió en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con la incorporación de México, y que en 2020 se convirtió en el T-MEC.
Aunque todos los líderes provinciales canadienses han expresado la necesidad de que Canadá responda a las posibles tasas aduaneras, hay divergencias sobre cómo hacerlo.
Este miércoles, antes del inicio de la reunión, el jefe de Gobierno de Ontario, el conservador Doug Ford (NYSE:F), defendió la necesidad de golpear a EE.UU. "con todas las herramientas" disponibles, incluido un posible embargo petrolero.
"Cuando atacan nuestro país, cuando atacan nuestra gente, cuando atacan nuestros empleos, no nos podemos quedar parados. Tienes que responder golpeando con todas las herramientas disponibles", razonó Ford, líder conservador visto como un futuro candidato a primer ministro.
Pero la jefa de Gobierno de Alberta, el mayor productor de crudo del país, Danielle Smith, se opone a utilizar las exportaciones de petróleo para responder a EE.UU.
Smith, que en el pasado ha amenazado a Ottawa con la independencia de Alberta, advirtió esta semana que el embargo petrolero provocará una "crisis de unidad nacional" en Canadá.