La reciente decisión de la NASA de devolver a la Tierra la nave Starliner de Boeing (NYSE:BA) sin su tripulación de astronautas ha suscitado inquietud en torno al programa espacial de la compañía.
Los dos astronautas, que ahora viajarán de vuelta a bordo de la cápsula Dragon de SpaceX, estaban originalmente planeados para viajar de vuelta en el Starliner.
Los analistas creen que esta decisión podría tener importantes consecuencias para Boeing.
Wolfe Research señala que la decisión de la NASA probablemente supondrá costes financieros adicionales para Boeing, con pérdidas potenciales estimadas entre 200 y 300 millones de dólares. Sin embargo, Wolfe sostiene que este problema no cambia las perspectivas financieras a medio plazo de Boeing.
JPMorgan subraya que la decisión se basó en cuestiones de seguridad, especialmente en los continuos problemas con los sistemas de propulsión del Starliner. Estos problemas de seguridad llevaron a la NASA a elegir la cápsula Dragon, que ha demostrado una mayor fiabilidad.
Los analistas sugieren que estos problemas persistentes con Starliner podrían aumentar las pérdidas financieras de Boeing en su división espacial.
Bank of America destaca los efectos más amplios de la decisión. Los analistas indican que Starliner ha encontrado numerosos obstáculos desde el principio, incluidos varios aplazamientos y fallos mecánicos.
Expresan su preocupación por que este reciente problema pueda dañar la reputación de Boeing ante la NASA, influyendo potencialmente en futuros acuerdos.
El equipo del Bank of America propone incluso que Boeing se plantee la venta de su división de vuelos espaciales tripulados, teniendo en cuenta las continuas dificultades y el posible daño a su reputación.
Aunque la decisión de traer de vuelta el Starliner sin tripulación se considera una medida de seguridad prudente, suscita dudas sobre el papel de Boeing en la exploración espacial, que se suman a los problemas operativos y financieros de la empresa.
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