Praga, 4 nov (.).- El Parlamento checo aprobó hoy la introducción, a partir del 1 de enero de 2023, de un impuesto del 60 % a las ganancias inesperadas de bancos y empresas energéticas.
El Ejecutivo checo espera recaudar con este impuesto extraordinario, conocido en inglés como "windfall tax", que permanecerá en vigor durante tres años, unos 3.400 millones de euros, dinero que se usará para subvencionar un sistema de topes a las tarifas de luz y gas, informó la cadena pública CT24.
Estarán sujetos a este impuesto bancos, extractoras de carbón, petróleo y gas, así como las empresas generadoras de electricidad que se han beneficiado de forma extraordinaria de la coyuntura de crisis actual.
Praga ha estimado que necesitará unos 4.000 millones de euros para compensar a los consumidores el encarecimiento de la factura del gas y de la luz.