Madrid, 14 jun (.).- Repsol (BME:REP) duplicará la capacidad nacional actual de producción de combustible sostenible de aviación (SAF) con la apertura de su nueva planta de Cartagena a finales de este año, ha asegurado este miércoles su director de Aviación Internacional, Oliver Fernández.
La unidad de Cartagena, en la que la inversión ha sumado en torno a 200 millones de euros, producirá más de 200.000 toneladas de SAF, contará con un millar de trabajadores y evitará la emisión de más de 900.000 toneladas de CO2, ha indicado en una jornada organizada por elEconomista.
Estas más de 200.000 toneladas de producción de SAF es el mismo volumen que se produjo el año pasado en todo el mundo, ha señalado el directivo, que considera que Repsol va a ser capaz de cubrir la demanda nacional de toda España bastantes años antes de la entrada en vigor de los requerimientos europeos.
La legislación sobre combustibles verdes para la aviación (ReFuelEU) establece que, a partir de 2025, todos los vuelos procedentes de aeropuertos de la Unión Europea (UE) estarán obligados a ir utilizando una proporción mínima cada vez mayor de SAF, empezando por un 2 % en 2025, porcentaje que se elevará al 6 % en 2030 y hasta el 70 % en 2050.
Repsol tiene más proyectos en cartera y, por ejemplo, para el segundo mandado europeo -que empezaría en 2027 para combustibles sintéticos- ya está trabajando para tener producción de queroseno sintético en una planta que empezará en 2025 en Bilbao.
Por su parte, Cepsa, que ya está produciendo SAF, tras una inversión de 1.000 millones de euros, va a invertir otros tantos adicionales en la construcción de una nueva planta, con lo que para 2030 podrá producir hasta 800.000 toneladas de biocombustibles para biodiesel o SAF, suficientes para las necesidades de todas las aerolíneas que generan mercado en España.
Ahora en los principales aeropuertos españoles ya se puede cargar SAF, aunque no se produce con economías de escala, porque su precio es entre 3 y 5 veces superior al del combustible convencional, ha señalado la responsable de Desarrollo de Negocio de Aviación Sostenible de Cepsa, Marta Cencillo.
REGULACIÓN
En cuanto a la regulación, a juicio del directivo de Repsol, se debería repensar y simplificar la estructura regulatoria para que haya un desarrollo lo más acelerado posible por los productores y para que las aerolíneas puedan utilizar de forma masiva estos combustibles sostenibles.
Este esquema, añade, es fundamental porque, en caso contrario, "¿quién va a tomar una decisión de invertir 200-300 millones de euros en una planta, cuando desde la decisión hasta la producción pueden pasar 3-5 años y en algún caso con riesgos tecnológicos importantes".
Además, la materia prima necesaria para la producción está disponible en España (residuos forestales, grasa animales o aceite de cocina usado), así que está en juego incluso la independencia energética.
Por su parte, el responsable de I+D ITP Aero, Jaime Fernández, ha considerado que se debe buscar "una política que esté orientada de verdad a una reducción de CO2, es decir que no se busque tanto penalizar la emisión, sino que se busque fomentar la reducción".
Y ha alertado de que, si se aplica un esquema para vuelos dentro de Europa, las empresas europeas se van a ver penalizadas, mientras que el resto, no, con lo cual, "va a haber un déficit de competitividad y eso es peligroso".