Madrid, 15 dic (.).- El grupo siderúrgico vasco Sidenor ha amagado con abandonar la compra del 29,9 % de Talgo (BME:TLGO) que ostenta el fondo Trilantic, una operación que "no es de vida o muerte" para la compañía que preside José Antonio Jainaga.
Fuentes de Sidenor han explicado a EFE que la entrada en Talgo "no es una cuestión de vida o muerte. Si los accionistas actuales no nos quieren en Talgo, nos retiraremos para no gastar inútilmente tiempo y energía".
Sidenor ofrece comprar el 29,9 % de Talgo, actualmente en manos de Trilantic, a un precio de 4 euros por acción, lo que supondría valorar esa participación en 150 millones de euros y en unos 500 millones el total de la compañía.
Es una cantidad sustancialmente inferior a los 5 euros por acción (185 millones por el 29,9 % y 620 millones por el 100 %) ofertados por la húngara Ganz Mavag (Magyar Vagon), que en marzo lanzó una opa por la totalidad del capital, vetada finalmente en agosto por el Gobierno español por razones de seguridad nacional.
Sin embargo, la oferta se sitúa por encima de los 3,52 euros a que cerraron las acciones de Talgo en Bolsa este pasado viernes.
Los ejecutivos de Sidenor han tenido acceso a información sobre Talgo hace tan solo una semana, y ahora están en proceso de análisis de esa documentación ('due diligence') después de que el acuerdo de confidencialidad se firmara hace casi dos meses, el pasado 16 de octubre.
Talgo es una empresa estratégica para el país, aunque necesita un esfuerzo considerable de inversión y de estructuración industrial, dicen las mismas fuentes, que añaden: "estamos convencidos de que en buenas manos puede tener un futuro brillante".
Trilantic tiene su participación sindicada con la sociedad de la familia Abelló (Torreal) y con una participación de los Oriol, la familia fundadora de Talgo, en un vehículo, Pegaso, que controla en conjunto el 40 %.
Este pacto de accionistas vence a final de año y dejaría las manos libres a Trilantic para deshacer su posición en solitario.
Otras fuentes cerca de la negociación critican que los accionistas del constructor ferroviario hayan dilatado el acceso a la información durante casi dos meses y que la alta dirección de Talgo no facilite la operación.
También ponen el foco en que unos de los máximos ejecutivos de Trilantic, Javier Bañón, esté buscando "desesperadamente" otras ofertas para meter presión sobre el precio que ofrece Sidenor.
Al tiempo, Trilantic estaría intentando que el Gobierno "suavice" las condiciones de la multa de Renfe, que ha sancionado a Talgo con 116 millones de euros por los retrasos en la entrega de los trenes Avril, porque entiende que tendrá un efecto negativo sobre el precio de la transacción.
Tanto el Gobierno central como el Ejecutivo vasco han expresado su respaldo a esta operación. El primero destaca que puede ser una solución solvente y dar estabilidad a Talgo y el segundo apoya la entrada de Sidenor si se mantiene su arraigo en Euskadi y se impulsa el empleo.
Polonia ha hecho ya una oferta
Otras fuentes en el entorno de las compañías confirmaron a EFE que en la operación podría entrar Polski Fundusz Rozwoju (PFR), el Fondo Polaco de Desarrollo (una especie de SEPI), público, que controla también la compañía del país Pesa.
Esa compañía produce locomotoras, trenes regionales y tranvías, aunque no material de alta velocidad, por lo que entienden que los negocios de ambos son complementarios.
Según ha publicado esta semana Business Insider Polska, el PFR ya ha hecho una oferta específica a los accionistas de Talgo y ya ha conseguido financiación para su posible adquisición.
Pesa, según las fuentes consultadas por EFE en el sector, sí tiene capacidad industrial para reforzar las posiciones de Talgo, cuya cartera de pedidos es superior a los 4.000 millones, pero a la que le falta "músculo industrial".
El pasado 24 de septiembre, Talgo y Pesa firmaron un memorando de entendimiento para estudiar la posibilidad de colaborar en el desarrollo de la nueva red ferroviaria de alta y muy alta velocidad de Polonia. Este documento contempla el proceso de licitación para la compra de material rodante de muy alta velocidad para ese país, que se iniciará en 2025.
Pesa tiene interés también en Rail Báltica (la interconexión por alta velocidad de las tres capitales bálticas, Vilnius, Riga y Tallín, respaldada por la Comisión Europea), un proyecto en el que participan las compañías españolas Ineco, en el diseño de la ingeniería, y Renfe como "operador en la sombra" (una especie de asesor de operaciones).
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