París, 15 nov (.).- La sustitución del uso del carbón para generar electricidad costará 6 billones de dólares y "no será fácil", ya que hará falta una "rápida movilización financiera" para cerrar centrales viejas y poner en marcha energías alternativas, señaló este martes la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
En un informe sobre cómo alcanzar cero emisiones de carbono en el horizonte de 2050 con el actual uso de carbón, la AIE detalla la amplitud del uso de este combustible fósil y los retos que supone su eliminación para alcanzar el objetivo.
El carbón es la mayor fuente de emisiones de CO2 (el principal responsables del efecto invernadero) relacionadas con la energía, con 15.000 millones de toneladas en 2021, por lo que "el mundo debe actuar rápidamente" para reducir esas emisiones "de forma significativa para evitar mayores impactos en el clima", advierte el documento.
"El carbón es a la vez la mayor fuente de emisiones de CO2 del sector energético y también la mayor fuente de generación de electricidad en el mundo", recuerda el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.
E insiste en que, aunque los países están expandiendo las energías limpias ante la actual crisis energética, "qué hacer con la enorme cantidad de activos relacionados con el carbón es un problema sin resolver".
La demanda mundial de carbón subió en 2021 (tras el declive de 2020 por la pandemia) hasta 5.650 millones de toneladas equivalentes.
El sector energético es el principal usuario de este combustible un 65 % del total, con el que se produjo el 36 % de la electricidad mundial en 2021, según los datos de la AIE.
En 2022 este uso ha aumentado (un 10 % en India y un 15 % en la Unión Europea, por ejemplo) debido a los altos precios del gas y a fin de garantizar la seguridad energética por la guerra de Ucrania, aunque la agencia cree que será un fenómeno breve.
En los países desarrollados, el uso de carbón para generar electricidad caerá un 75 % para 2030, mientras que en las naciones en desarrollo habrá un pico en 2025 y a partir de entonces comenzará a bajar.
En total, los países han anunciado compromisos para reducir en un 20 % para 2030 el uso de carbón para generación de electricidad, lo que supone un "avance significativo", según la AIE.
El informe insiste en que la transición del carbón (sea por su sustitución o por el uso de tecnologías para la reducción o captura de emisiones), se puede lograr sin aumentar de forma significativa los costes para los consumidores.
INVERSIONES DE 6 BILLONES DE DÓLARES
"Se necesitan inversiones de 6 billones de dólares para sustituir el carbón, pero estos costes son más que compensados por la menores facturas energéticas" para los operadores, añade.
Buena parte de ese dinero será necesario para poner en servicio fuentes de energía alternativas, que se prevén que serán renovables (90 %) y nuclear (8%).
La AIE advierte de que dos grandes obstáculos para recortar el uso de carbón en la generación eléctrica: muchas centrales en Asia son relativamente recientes (13 años de media en China e Indonesia, y solo ocho años en Vietnam) y sus operadores no han recuperado la inversión, y que en algunos países asiáticos la minería de carbón tiene un importante peso en el PIB y en el empleo.
Para el cierre o transformaciones de esas plantas, propone medidas como regulación gubernamental (usada en China), aumentar el precio de las emisiones o incentivos financieros para la clausura o transformación a otro combustible menos contaminante.
El informe estudia también la eliminación o sustitución del carbón en la industria pesada (siderurgia y cemento, sobre todo), que usa un 30 % del total del carbón mundial.
Es un sector en el que las emisiones "deben caer de forma drástica" para lograr los objetivos del Acuerdo de París de 2015, señala.
Mayor eficiencia, uso de combustibles alternativos -como hidrógeno- y el recurso a nuevas tecnologías aún no disponibles en el mercado son algunas de las opciones que se abren en este sector.