Por David Shepardson y Joseph White
28 oct (Reuters) -El sindicato United Auto Workers amplió el sábado su huelga contra General Motors (NYSE:GM) para incluir su planta de motores de Spring Hill, Tennessee, una medida que podría paralizar la producción de grandes pickups de GM y aumentar sus problemas financieros.
"Estamos decepcionados por la negativa innecesaria e irresponsable de GM a llegar a un acuerdo justo", dijo el presidente de la UAW, Shawn Fain, en una declaración a Reuters.
La ampliación de la huelga de siete semanas en GM se produjo el mismo día en que el sindicato alcanzó un acuerdo laboral provisional con Stellantis, matriz de Chrysler. "Estamos deseando dar la bienvenida a nuestros 43.000 empleados de vuelta al trabajo y reanudar las operaciones", dijo la compañía.
Ford (NYSE:F) también ha llegado a un acuerdo provisional con el sindicato que prevé aumentos salariales récord.
En GM, personas familiarizadas con la negociación han declarado que entre los puntos conflictivos de las negociaciones de la UAW se encuentran las prestaciones de jubilación y los problemas relacionados con los trabajadores temporales. GM tiene más jubilados que Ford o Stellantis.
La UAW ya está en huelga en la planta de montaje de GM en Arlington, Texas, donde se fabrican el Chevy Tahoe, el Suburban y el Cadillac Escalade. GM declaró a principios de esta semana que esta huelga le estaba costando 200 millones de dólares a la semana.
Con la adhesión a la huelga de los trabajadores de GM en Spring Hill, cerca de un tercio de los 150.000 miembros de la UAW habrán abandonado el trabajo en algún momento de la campaña del sindicato.
El acuerdo con Stellantis garantiza salarios y prestaciones récord para los trabajadores y sigue la pauta establecida hace apenas unos días por UAW y Ford, que incluía una subida salarial del 25% a lo largo del contrato de 4 años y medio.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, elogió el acuerdo provisional con Stellantis, afirmando en un comunicado que el "contrato es un testimonio del poder de los sindicatos y de la negociación colectiva para construir empleos sólidos de clase media".
El acuerdo incluye la reapertura de la planta de montaje de la automotriz en Belvidere, Illinois, que ahora fabricará camionetas de tamaño medio, según explicó Fain en un video publicado en las redes sociales. Los camiones podrían competir con el Ranger de Ford y los modelos Chevrolet Colorado y GMC Canyon de GM.
La fábrica de Stellantis en Belvidere cerró a principios de año, dejando a 1.300 trabajadores sin empleo. La fábrica, que se convirtió en un punto de encuentro para la campaña de negociación del sindicato, se reabrirá dependiendo de los incentivos fiscales estatales y locales previstos, dijeron fuentes familiarizadas con la situación.
Además, Stellantis acordó construir una fábrica de baterías junto a la actual planta de Belvidere, según declaró Rich Boyer, vicepresidente de la UAW, en el discurso grabado en video.
Stellantis también mantendrá abierto un complejo de fabricación de motores en Trenton, Michigan, y una operación de mecanizado en Toledo, Ohio, dijo Boyer.
En total, la automotriz se ha comprometido a invertir 19.000 millones de dólares en nuevas operaciones en Estados Unidos y a crear 5.000 puestos de trabajo adicionales donde antes tenía previsto suprimir 5.000 empleos, dijeron Fain y Boyer.
"Hemos dado la vuelta a la situación", afirmó Fain.
(Reporte de David Shepardson y Joseph White; reporte adicional de Mrinmay Dey en Bengaluru y Jeff Mason en Delaware; Escrito por Sayantani Ghosh; Editado en Español por Ricardo Figueroa)