Por Jeffrey Heller
JERUSALÉN (Reuters) - Aliados de Benjamin Netanyahu reconocieron el domingo que el rechazo del primer ministro israelí a la creación de un Estado palestino horas antes de una elección en su país había causado fricción con la Casa Blanca, pero culparon a las críticas sin precedentes del presidente Barack Obama a un malentendido.
En Estados Unidos, donde las relaciones con Netanyahu se han convertido en un problema entre los dos principales partidos tras generaciones en las que el apoyo a Israel era un punto de unidad entre ambos, el senador republicano John McCain dijo que Obama tendría que superar su "rabieta".
Netanyahu prometió poco antes de la victoria que le permitió su reelección la semana pasada que nunca habría un Estado palestino mientras él fuera el primer ministro de Israel.
Las declaraciones fueron interpretadas como un rechazo a la "solución de dos Estados" que durante décadas ha sido la base de las negociaciones para resolver el conflicto entre palestinos e israelíes, organizadas por sucesivos gobiernos de Estados Unidos, tanto republicanos como demócratas.
Desde que ganó las elecciones, Netanyahu ha tratado de desdecirse explicando que él no estaba en principio rechazando un estado palestino, sino respondiendo a una realidad en la que la Autoridad Palestina tiene un pacto político con el grupo islamista Hamas bajo el cual la condición de Estado sería inaceptable.
Pero el viernes Obama dijo que las declaraciones de Netanyahu hacían "difícil encontrar un camino" para volver a negociaciones de paz serias. En una conversación que tuvo el jueves con el líder israelí dijo que Washington tendría que "revisar" sus políticas en Oriente Próximo.
Yuval Steinitz, ministro de Asuntos Estratégicos de Israel y estrecho aliado de Netanyahu, reconoció el problema pero culpó al Gobierno estadounidense por no haber entendido la posición del primer ministro.
"Él (Netanyahu) no dijo que eso (la condición de Estado) fuera 'inaceptable'. Lo que dijo fue que la realidad cambió", declaró el ministro en una entrevista con Israel Radio.
La cercanía de Estados Unidos con Israel ha sido un pilar fundamental para la seguridad de éste último en sus 67 años de historia, y los enemigos políticos de Netanyahu lo acusan de poner en riesgo el vínculo.
Netanyahu ha tenido con Obama una relación difícil, relación que empeoró dos semanas antes de las elecciones cuando se presentó ante el Congreso de Estados Unidos por invitación de los republicanos y condenó las negociaciones del Gobierno demócrata con Teherán por el programa nuclear iraní.
Consultado sobre si las relaciones entre Estados Unidos e Israel corren peligro, McCain dijo: "Creo que eso depende del presidente de Estados Unidos".
"Supere su rabieta, señor presidente", dijo el senador en entrevista con CNN. "El menor de sus problemas es lo que Bibi Netanyahu dijo durante una campaña electoral", agregó.
El presidente de Israel, Reuven Rivlin, inició el domingo el proceso formal de realizar consultas a los partidos políticos para el nombramiento de un candidato que forme un Gobierno de coalición, conclusión previsible tras la victoria de Netanyahu.
Netanyahu, líder del partido de derecha Likud, probablemente reciba el miércoles el visto bueno para comenzar lo que podrían ser hasta 42 días de negociaciones con los posibles socios de su gabinete de Gobierno. Conformaría una coalición con partidos de la extrema derecha, religiosos y de centro, y quedaría en camino a convertirse el primer ministro con más tiempo en el cargo.
Sus comentarios sobre un Estado palestino fueron parte de una estrategia que ayudó a la victoria electoral después de que las encuestas previas pronosticasen que Netanyahu perdería frente al partido de centroizquierda Unión Sionista.