Por Fabian Cambero y Dave Sherwood
SANTIAGO, 24 oct (Reuters) - El Gobierno chileno y los legisladores buscaban el jueves avanzar en reformas para atender las demandas sociales prometidas luego de días de intensas protestas en los que han muerto al menos 16 personas.
El presidente Sebastián Piñera envió un proyecto de ley al Congreso para congelar una reciente alza de tarifas eléctricas, una de las varias promesas para transformar las manifestaciones en una "oportunidad" para Chile.
"Seguiré enviando los proyectos al Congreso para implementar esta agenda social y seguiremos impulsando las medidas administrativas para darle vida", dijo durante el anuncio del envío del proyecto.
El mandatario dijo que la situación de orden público y seguridad ciudadana en la nación está mejorando, así como también la normalización en la vida cotidiana de las ciudades.
"La intención nuestra es avanzar con la mayor fuerza pero también con total prudencia en este proceso de normalización para poder terminar con los toque de queda y ojalá poder también levantar los estados de emergencia", agregó.
La molestia por la desigualdad y el aumento del costo de vida en Chile lanzó a decenas de miles de personas a las calles en días recientes para exigir una reforma económica y social en una de las naciones más estables y ricas de América Latina.
"Necesitamos buenos salarios, pensiones para los abuelitos. Ya estamos cansados de todo esto, protestas, saqueos. Es un desastre. Esto ya no es el Santiago como estaba antes. Me duele mucho", dijo Octavio Solís, un exguardia de seguridad mientras hacia fila para cobrar su seguro de cesantía.
Las medidas anunciadas por el gobernante incluyen un ajustes al salario mínimo, un aumento en las pensiones y ajuste al precio del transporte público. Otros, como el proyecto de ley que proporcionaría un seguro contra enfermedades catastróficas, ya han sido entregados a los legisladores.
Piñera dijo que el ajuste a las pensiones será enviado el viernes.
SIGUEN PROTESTAS
Las mineras del mayor productor mundial de cobre estaban afectadas en diversa medida por las intensas protestas en la nación, mientras algunos sindicatos exhortaban a sus afiliados a sumarse a las manifestaciones.
También se registraba una protesta de camioneros en una importante via que comunica la capital con algunos puertos clave.
Santiago despertó con relativa calma el jueves, cuando los tradicionales vendedores ambulantes de jugo de naranja y tazas de frutas reaparecieron en las esquinas del centro.
Mercados municipales y empresas reabrieron y miles se dirigieron a sus trabajos usando el afectado sistema de tren subterráneo, que ha sufrido daños por más de 300 millones de dólares.
Los escombros, vidrios rotos y restos de olor a gas lacrimógeno aún se observaban en las calles tras las protestas de la noche del miércoles.
En algunos de los tradicionales puntos de concentración durante las protestas ya empezaban a llegar personas con pancartas, banderas y golpeando ollas, en una nueva jornada de reclamos.
En la víspera, las marchas mayormente pacíficas fueron vigiladas de cerca por la policía y militares, aunque en algunos casos se usaron chorros de agua y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.
También se registraron algunos episodios aislados de saqueos a locales comerciales, así como de destrucción de infraestructura pública y privada.
Más de 6.000 personas han sido detenidas y el Gobierno contabiliza 18 muertos, aunque la Fiscalía resta de la cifra dos personas que murieron atropelladas por una persona ebria.
(Información de Dave Sherwood, Fabián Andrés Cambero y Natalia Ramos, Editado por Juana Casas)