Por Aziz El Yaakoubi y Patrick Markey
RABAT (Reuters) - El partido islamista PJD del actual presidente Abdelilah Benkiráne se impuso en las elecciones generales del viernes haciéndose con 125 de los 395 escaños del Parlamento, según los datos definitivos del Ministerio del Interior.
En segundo lugar quedó el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), considerado por los críticos como una formación demasiada cercana al rey, con 102 diputados y, en tercer lugar, el partido nacionalista Istiqlal con 46 diputados.
Las elecciones para la Cámara de Representantes pusieron a prueba la monarquía constitucional de Marruecos cinco años después de que el rey delegara algunos poderes al gobierno salido de las urnas para intentar frenar las manifestaciones a favor de un cambio democrático en el reino.
Bajo el sistema parlamentario marroquí, ningún partido puede obtener la mayoría absoluta de los 395 escaños del Parlamento y el ganador tendrá que formar un gobierno de coalición. El rey, que aún conserva el principal poder ejecutivo, elige un primer ministro del partido ganador.
La estrecha ventaja dificultará la formación de una coalición para el PJD. Ante el avance del "partido del rey", los islamistas moderados podrían verse obligados a asociarse con al menos otras tres formaciones para obtener una mayoría en el Parlamento.
El partido de Abdelilah Benkirane ganó las elecciones de 2011, y su líder fue nombrado primer ministro por el rey. En cinco años ha puesto en marcha un proceso de reformas económicas para reducir el déficit y los subsidios. El PJD ha sido popular por su mensaje de lucha contra la corrupción.
"El pueblo marroquí votó masivamente por PJD," dijo Benkirane a periodistas. "El PJD ha demostrado hoy que ser serio y veraz ... y ser leal con las instituciones, especialmente con la monarquía, es una fórmula ganadora".
El principal rival de PJD, PAM, fundado por un estrecho amigo del rey y que es ahora un asesor de palacio, se ha presentado como una alternativa liberal a los islamistas.
Pero el principal grupo islamista de la oposición, Justicia y Espiritualidad, y organizaciones de izquierda, han boicoteado las elecciones en protesta por el poder del rey.
La campaña electoral estuvo marcada por las acusaciones de que el Palacio real, incómodo por compartir el poder con los islamistas, respaldaría injustamente a PAM para contener la influencia de PJD. Altos cargos del palacio negaron cualquier favoritismo.
Horas antes de que cerraran las urnas el viernes, el PJD acusó a los funcionarios locales bajo control del Ministerio del Interior de tratar de influir en los votantes.
El Reino de Marruecos se presenta como un modelo de estabilidad económica y de un proceso gradual de reformas en una región inestable. Los islamistas moderados de Marruecos han sido un símbolo de la coexistencia y no de la rebelión.