Por Tuvan Gumrukcu
ANKARA (Reuters) - Rebeldes apoyados por Turquía están solo a dos kilómetros de la ciudad siria de Al Bab, en el norte del país, y esperan arrebatársela al Estado Islámico con rapidez pese a cierta resistencia, dijo el miércoles el presidente turco, Tayyip Erdogan.
Los rebeldes anunciaron el martes que habían capturado Qabasin, a algunos kilómetros al noreste de Al Bab, preparando así el escenario para el asalto del último bastión urbano del grupo yihadista en el norte de la zona rural que rodea Alepo.
Al Bab tiene una importancia estratégica especial para Turquía, ya que las milicias kurdas llevan tiempo intentando tomarla. Ankara está determinada a prevenir que las fuerzas kurdas logren unir los cantones que controlan a lo largo de la frontera con Turquía, por miedo a que esto avive el separatismo kurdo en casa.
"El Ejército Libre Sirio (rebeldes), con el apoyo de nuestras fuerzas especiales está a dos kilómetros de distancia y el asedio continúa según lo planeado", dijo Erdogan en una rueda de prensa en Ankara antes de emprender un viaje oficial a Pakistán.
"Ahora hay resistencia, pero no creo que dure mucho tiempo", declaró.
Erdogan también se mostró confiado en que la milicia kurda siria YPG se retiraría al este del río Eúfrates desde la ciudad de Manjib el miércoles o el jueves, cumpliendo así con una de las demandas turcas de mayor antigüedad.
Turquía mandó aviones de guerra, tanques y artillería a Siria en agosto en apoyo sobre todo de los rebeldes árabes y turcomanos, en una operación denominada "Escudo del Eúfrates" y que pretende expulsar tanto al Estado Islámico como a las milicias kurdas de sus fronteras.
No obstante, Manjib fue recientemente liberada del control del grupo extremista de ideología islamista por las fuerzas lideradas por los kurdos y apoyadas por Estados Unidos. Ankara considera a YPG como una fuerza hostil con profundos vínculos con los militantes kurdos que llevan tres décadas de insurgencia en Turquía.
YPG dijo que se retiraría de Manjib hacia el este del Eúfrates, pero que lo haría para participar en la campaña para liberar el bastión del Estado Islámico en Raqa, lo cual probablemente cuente con la oposición de Ankara.
Turquía ha insistido repetidamente en que los combatientes de YPG no deberían involucrarse en la prevista operación de Raqa, argumentando que se trata de una ciudad eminentemente árabe.
El enviado especial de Estados Unidos, Brett McGurk, describió la retirada de YPG de Manjib como un "hito" y dijo en Twitter que todas las unidades de YPG se marcharían después de entrenar a las unidades locales para mantener la seguridad de la ciudad contra el Estado Islámico.