PARÍS, 3 oct (Reuters) - Se calcula que la iglesia católica francesa ha contado con unos 3.000 pederastas en sus filas durante los últimos 70 años, según declaró el director de una comisión independiente que investiga el escándalo de los abusos sexuales en una entrevista publicada el domingo.
El escándalo de la iglesia francesa es el último que afecta a la Iglesia católica romana, que se ha visto sacudida por escándalos de abusos sexuales en todo el mundo, a menudo relacionados con niños, en los últimos 20 años.
La comisión francesa publicará sus conclusiones el martes, lo que supone la culminación de dos años y medio de trabajo, en los que se han investigado denuncias de abusos que se remontan a la década de 1950.
"Hemos calculado que el número (de pederastas) asciende a 3.000, entre 115.000 sacerdotes y religiosos, desde los años 50", declaró el jefe de la comisión, Jean-Marc Sauve, al periódico Journal du Dimanche.
Un portavoz de la Conferencia Episcopal Francesa no quiso hacer comentarios sobre las declaraciones de Sauve.
Un portavoz del Vaticano dijo que se esperaría a que se publicara el informe completo antes de decidir si hacer algún comentario.
En junio, el Papa Francisco dijo que la crisis de abusos sexuales de la Iglesia Católica era una "catástrofe" mundial.
La Iglesia católica francesa publicó una oración en su cuenta oficial de Twitter (NYSE:TWTR) el domingo, en nombre de las víctimas, y añadió que también celebraría una oración el 5 de octubre, día de la publicación del informe.
"Querido Señor, te encomendamos a todos los que han sido víctimas de la violencia y los ataques sexuales en la Iglesia. Te pedimos que siempre podamos contar con tu apoyo y ayuda durante estas pruebas", escribió en su cuenta de Twitter.
Desde su elección en 2013, Francisco ha tomado una serie de medidas destinadas a acabar con los abusos sexuales a menores por parte de clérigos.
En 2019, el papa emitió un decreto histórico que hacía a los obispos directamente responsables de los abusos sexuales o de encubrirlos, exigiendo a los clérigos que informaran de cualquier caso a los superiores de la Iglesia y permitiendo a cualquiera que se quejara directamente al Vaticano si era necesario.
Este año, emitió la revisión más amplia de la ley de la Iglesia Católica en cuatro décadas, insistiendo en que los obispos tomen medidas contra los clérigos que abusen de menores y adultos vulnerables. Los críticos han dicho que no ha hecho lo suficiente.
(Reporte de Gilles Guillaume y Philip Pullella; Edición de Frances Kerry, editado en español por Gabriela Donoso)