Por Guy Faulconbridge y William James
LONDRES (Reuters) - La primera ministra británica, Theresa May, forzó a su ministro de más alto nivel, Damian Green, a renunciar por mentir sobre si sabía que se había encontrado pornografía en ordenadores de su oficina parlamentaria.
La renuncia de uno de los aliados más cercanos de May, que había ayudado a calmar a su dividido partido, es un golpe en momentos de difíciles negociaciones para la salida de Reino Unido de la Unión Europea en marzo de 2019.
Green, que votó a favor de permanecer en la Unión Europea, fue designado como primer secretario de Estado hace sólo seis meses, en un intento por apuntalar el Gobierno de May tras su desastrosa apuesta de elecciones anticipadas en junio que hicieron que su partido perdiera la mayoría en el Parlamento.
Sin embargo, el futuro de Green quedó en entredicho cuando el diario Sunday Times informó el mes pasado de que la policía encontró en 2008 pornografía en sus ordenadores de la oficina en el Parlamento. Como respuesta, Green afirmó que la historia no era veraz.
Una revisión, solicitada por May y realizada por un alto cargo gubernamental, concluyó que los comentarios de Green que sugirieron que no era consciente de que se había hallado material indecente en los ordenadores eran "inexactos y engañosos".
La investigación, de la cual el despacho de May en Downing Street distribuyó un sumario, determinó que Green violó las normas que gobiernan el comportamiento de los ministros porque la policía le había informado sobre el material.
"Pido disculpas de que mis comentarios fueran engañosos sobre este punto. Lamento que me haya pedido renunciar del Gobierno", afirmó Green en una carta a May.
Green, de 61 años, afirmó que no descargó ni vio pornografía en sus computadoras del Parlamento y agregó que debió haber sido más claro al respecto en sus comentarios después de que la historia fuera divulgada.
May dijo que pidió la renuncia y que él la aceptó con gran pena. Es el político británico de más alto nivel en caer desde que el escándalo por acoso sexual de Harvey Weinstein dio inicio a un debate sobre una cultura de abusos por parte de hombres poderosos en el corazón de Westminster.
El ministro de Defensa de May, Michael Fallon, renunció el mes pasado por una conducta no especificada que dijo que estaba por debajo del nivel exigido. Otro ministro dimitió una semana después tras celebrar reuniones no anunciadas con responsables israelíes.