Por Blanca Rodríguez
MADRID (Reuters) - Podemos avanzó el sábado en su giro a la izquierda con la sustitución de su hasta ahora portavoz en el Congreso y "número dos" del partido, Íñigo Errejón, por Irene Montero, jefa de Gabinete y mano derecha del líder de la joven formación política, Pablo Iglesias.
El nombramiento de Montero, de 29 años, activista antidesahucios y exmilitante en las juventudes comunistas, era esperado después de que la semana pasada el proyecto y equipo de Iglesias fueran refrendados de forma indiscutible por las bases de Podemos en un congreso precedido por una fractura interna.
Iglesias ya avanzó al día siguiente de la asamblea que quería "feminizar" las portavocías de Podemos, actualmente tercera fuerza parlamentaria pero al que los sondeos sitúan en segunda posición después del Partido Popular.
La dirección del partido despojó el sábado a Errejón, hasta ahora "número dos" de Podemos y gran perdedor del congreso del pasado sábado, del cargo de secretario político y del puesto de portavoz en el Congreso de los Diputados, que le garantizaba presencia y proyección públicas.
A cambio, Errejón, de 33 años, que seguirá en la ejecutiva pero con menos poderes, recibirá el apoyo de Iglesias para la candidatura de Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid en las próximas elecciones autonómicas, previstas para 2019, según publicaron varios medios citando al entorno del líder del partido.
El fin de la era Iglesias-Errejón apenas tres años después de la creación del partido antiausteridad consuma el inicio de una nueva etapa en la que el carismático líder de Podemos dará más poder a su núcleo duro a costa del llamado "errejonismo".
Errejón y sus seguidores consideraban que Podemos tenía de convertirse en un partido más transversal que permitiera ganar votos de todo el espectro político para poder consumar el deseado "asalto al poder", mientras que los "pablistas" defendían reforzarse en los postulados izquierdistas.
Queda por ver si los dos líderes y sus respectivos equipos serán capaces de dejar a un lado sus diferencias y pugna interna para volver a trabajar juntos.