MADRID (Reuters) - Pedro Sánchez recuperó el domingo el liderazgo de los socialistas españoles, con una nueva Ejecutiva con la que quiere buscar el apoyo de otras fuerzas parlamentarias en la oposición para desmantelar las políticas del Gobierno y lograr una "mayoría parlamentaria alternativa" al Partido Popular.
En el discurso de clausura de un esperado 39 Congreso Federal, el nuevo secretario general del Partido Socialista Obrero Español apeló así a Unidos Podemos y Ciudadanos, partidos que no consiguió aunar en su intento fallido de investidura hace ahora un año.
"Durante las próximas semanas vamos a crear en el congreso de los diputados un espacio de coordinación parlamentaria con el resto de fuerzas parlamentarias", señaló, subrayando la idea de que el PSOE sólo compite con el PP.
El mensaje de Sánchez, sin embargo, se topa con la oposición de las dos jóvenes fuerzas políticas, que tras la fallida moción de censura de esta semana se vetaron mutuamente en una eventual formación de "gobierno de cambio" encabezada por el PSOE.
Además, no podrá defenderlo por sí mismo en el Congreso de los Diputados, ya que tuvo que renunciar al escaño el pasado octubre para no tener que votar la investidura de Mariano Rajoy como pedía su partido.
Con una nueva ejecutiva aprobada por el 70 por ciento de la militancia que aisla a los influyentes "barones" regionales, Sánchez añadió que si no logra este entendimiento con el resto de fuerzas del cambio, intentará conseguir su propósito de acabar con la "etapa negra" del PP en los próximos comicios generales.
"Si continúan los vetos, el partido socialista hablará claro y les dirá a los millones de votantes progresistas que si quieren cambiar la realidad de este país, que en las próximas elecciones apoyen mayoritariamente al ... PSOE", dijo, lanzando un mensaje explícito a los españoles del movimiento 15-M y sus ansias de regeneración política.
Tras cosechar el año pasado uno de los peores resultados de la historia del PSOE, el socialista madrileño vuelve a tomar las riendas del PSOE en una complicada andadura que apuesta por reforzar los postulados de izquierda y restañar un partido fracturado.
Unas 8.500 personas, según el partido, acudieron a la proclamación del reelegido líder socialista, que el pasado mayo pasado se impuso a la favorita, la presidenta andaluza Susana Díaz, y al exlehendakari Patxi López, en las primarias de la principal fuerza de la oposición.
Mientras emprende su búsqueda de alternativas al Ejecutivo conservador de Mariano Rajoy, Sánchez tendrá por delante meses de congresos regionales en los que tratará de unir a las distintas facciones del partido, parte del cual se opuso férreamente a su candidatura a secretario general.
En un tibio intento de aglutinar a distintas sensibilidades, el nuevo secretario general designó como responsable de la política territorial a López.
Al frente de la Secretaría de Organización, Sánchez ha escogido como su mano derecha en el partido a otro de sus afines, José Luis Ábalos, que esta semana recogió elogios en las filas socialistas por su intervención como portavoz parlamentario provisional en la fallida moción de censura de Podemos contra Rajoy.
La que fuera una de las artífices de la campaña que lo devolvió a Ferraz, la asturiana Adriana Lastra, ocupará la vicesecretaría general del PSOE dentro de una ejecutiva con mayoría de afines que no incluyó miembros próximos a la presidenta andaluza.
Tras darle su apoyo incondicional, la exministra Cristina Narbona fue designada nueva presidenta del partido que más ha gobernado en España en democracia.