Por Edith Honan
GARISSA, Kenia (Reuters) - Las iglesias de Kenia emplearon a guardias armados para proteger sus congregaciones el domingo de Pascua, días después de que varios hombres armados del grupo islamista al Shabaab matasen a casi 150 personas en una universidad keniana.
Los sacerdotes de Kenia, que han sido frecuentemente objetivo de los islamistas, dijeron que temían que las iglesias pudieran ser atacadas el domingo, que es la principal festividad en el calendario cristiano.
"Estamos muy preocupados por la seguridad de nuestras iglesias y fieles, especialmente en este periodo de Pascua, y también porque está claro que estos ataques se dirigen contra los cristianos", dijo Willybard Lagho, un cura católico en Mombasa y presidente del Consejo de Clérigos Interreligiosos de la Costa, a Reuters.
Las iglesias de Mombasa, junto al océano Índico, contrataron a policías armados y guardias de seguridad privada para la misa del domingo de Pascua. Los cristianos suponen el 83 por ciento de los 44 millones de habitantes del país.
Cuatro militantes del grupo islamista somalí atacaron un campus universitario en Garissa el jueves, separando a los estudiantes cristianos para matarlos mientras perdonaban a otros musulmanes.
El grupo al Shabaab dijo que el ataque en Garissa, a unos 200 km de la frontera somalí, era una venganza por el envío de tropas kenianas a Somalia para luchar junto con la Unión Africana contra el grupo alineado con al Qaeda.
Los militantes han amenazado con teñir las ciudades kenianaes "de rojo con sangre" mediante más ataques. La Policía ha aumentado la seguridad en centros comerciales y edificios públicos en Nairobi y en la costa este, donde son más vulnerables a los ataques de al Shabaab.
En la catedral basílica de la Sagrada Familia de Nairobi, entre el Ayuntamiento y el Parlamento de Kenia, había dos policías uniformados con rifles AK-47 en la entrada. Uno agente dijo que había más agentes de paisano en el interior.
Tres guardias de seguridad privados registraban a los asistentes con escáneres de mano, mientras otro buscaba explosivos bajo los coches con un espejo.
"Todo el mundo está nervioso y nunca sabes que pasará, pero creemos que el mayor protector es Dios y estamos rezando", dijo Samuel Wanje, un creyente de 27 años.
En Garissa, donde unos hombres armados mataron en 2012 a más de una decena de personas en ataques simultáneos contra dos iglesias, seis soldados vigilaban la principal iglesia cristiana y unos 100 fieles antes de la misa.
"Ningún sitio es seguro, pero aquí en la iglesia puedes estar con Dios y consolarte", dijo Meli Muasya, una católica.