La fortaleza del negocio es un aspecto clave a la hora de seleccionar inversiones. El concepto hace referencia al nivel de confianza que puede tener el inversor al respecto de que el valor de la compañía va a incrementarse en el largo plazo, más allá de lo que pueda suceder con el precio de mercado de las acciones en el corto plazo.
Analizamos tres aspectos clave que hacen a esta variable tan importante.
Fortaleza financiera
En primera instancia, no puede soslayarse la importancia de los indicadores financieros en términos de evaluar la fortaleza de una inversión. La evolución de las ventas de la empresa es clave; al respecto, conviene evaluar no solo las tasas de crecimiento en las ventas, sino también el grado de estabilidad y predictibilidad en la evolución de la facturación.
Resulta particularmente relevante la evolución de ventas durante períodos adversos para la economía o la industria en general. Incluso una firma mediocre puede reportar un vigoroso crecimiento de ventas cuando el contexto es favorable. Sin embargo, se necesita un negocio particularmente sólido para atravesar con éxito los períodos de vacas gordas y flacas a lo largo de los años.
Los márgenes de rentabilidad son otra de las variables importantes en este sentido. Todas las empresas atraviesan tarde o temprano etapas difíciles, en las cuales pueden caer los niveles de rentabilidad. Cuando partimos de niveles elevados, entonces una reducción transitoria en las tasas de ganancias no debería ser un problema demasiado grave.
En cambio, cuando la firma cuenta con niveles magros de rentabilidad desde un principio, entonces un escenario adverso puede implicar que el negocio genere pérdidas o que incluso enfrente dificultades de solvencia. Por supuesto que el impacto negativo sobre el precio de las acciones es materialmente más abrupto en estos casos.
El nivel de endeudamiento de la compañía es otra variable determinante. Utilizar deuda como herramienta de financiamiento no es necesariamente bueno ni malo en sí mismo, todo depende de variables como el costo de financiamiento en diferentes alternativas y las necesidades de capital de la empresa. No obstante, queda claro que muchas veces un nivel excesivo de endeudamiento puede implicar riesgos de magnitud para el inversionista.
Alternativamente, algunas compañías cuentan con enormes recursos financieros en términos de cash neto e inversiones líquidas en el balance. Por ejemplo, Apple (NASDAQ:AAPL) dispone de 163.000 millones de dólares en cash neto en base a datos del último trimestre. La compañía puede utilizar ese dinero para todo tipo de inversiones, así como también para retribuir a los accionistas mediante dividendos y recompras de acciones. Evidentemente, esto dice mucho sobre la fortaleza financiera de Apple.
Calidad fundamental
Los números son muy importantes en términos de evaluar la fortaleza de un negocio, aunque no podemos olvidarnos de analizar también el negocio detrás de esos números. En definitiva, las ventas y las ganancias de una compañía dependen de la capacidad que tenga ésta para operar en forma eficiente y rentable su negocio.
Es muy importante prestar atención a la industria en la cual opera y sus perspectivas de largo plazo. Por ejemplo, en sectores como producción de petróleo y metales, los diferentes operadores de mercado son tomadores de precios. Es decir, el precio de mercado del producto se fija a escala internacional, y poco tiene que ver con variables que la empresa pueda manejar.
Así las cosas, en industrias ligadas a las materias primas, la facturación de la compañía y los márgenes de ganancias dependen del precio del commodity, el cual es altamente fluctuante y difícil de predecir. Esto tiene implicancias importantes a la hora de evaluar la fortaleza de la firma ante diferentes escenarios y contextos de mercado.
A nivel del negocio individualmente, las ventajas competitivas son un determinante clave de su fortaleza. Se conoce como ventajas competitivas al conjunto de herramientas con las cuales cuenta el management de la firma para proteger sus ventas y ganancias frente a los posibles embates de la competencia.
La diferenciación de marca, ventajas de escala, superioridad tecnológica y las patentes exclusivas son algunos ejemplos sobre posibles fuentes de ventaja competitiva. Algunas compañías se benefician de diferentes tipos de ventajas competitivas al mismo tiempo, lo cual es especialmente beneficioso para el inversionista.
Por otro lado, cuando la empresa carece de ventajas competitivas sustentables en el largo plazo, entonces el inversor está claramente expuesto al posicionarse en un negocio que es vulnerable frente a un incremento de la presión competitiva.
Equipo de dirección
En definitiva, a las empresas las hacen las personas y las decisiones que toman los ejecutivos. Por lo tanto, no puede perderse de vista la importancia de los recursos humanos y el liderazgo corporativo cuando analizamos la fortaleza de una compañía.
Es importante que el equipo de management sea no solo efectivo a la hora de gestionar el negocio, sino que también tenga la visión necesaria para adaptarse a un mercado cambiante en base a una estrategia adecuada de innovación y desarrollo.
Las industrias y los mercados cambian permanentemente, y la velocidad con la cual se producen los cambios es cada vez más vertiginosa. Entonces es necesario que la firma sepa interpretar los cambios en la dinámica de mercado y adaptarse en forma acorde.
Incuso mejor, cuando el equipo directivo de la empresa cuenta con la visión de futuro necesaria para anticiparse a los cambios tecnológicos y las demandas del mercado, esto puede verse reflejado en retornos verdaderamente espectaculares para los inversionistas en compañías innovadoras y disrruptivas.