Brasil ya no es lo que era, o, por lo menos, lo que insinuaba ser con tanta contundencia hace tan sólo unos años atrás. Aquella economía pujante, creciente y con una fuerte transformación en su estructura de capital que devino en un impacto socioeconómico sumamente positivo, le valió el título de integrar junto a otras economías mundiales en franco crecimiento el grupo de los BRICs.
Con algunas turbulencias políticas de por medio, una de las economías más grandes de esta parte del globo está mostrando problemas en su sector real, el cual derrama su impacto al sector financiero. Durante el año 2014, el PBI brasilero creció tan solo 0,1% y las previsiones para este 2015 se vienen ajustando constantemente a la baja, pronosticando una contracción del -1,3%, lo que sería la peor performance desde el año 1990. Por otro lado, la moneda local se sigue depreciando: con un valor de 3,35 reales por dólar hoy se posiciona en su mínima cotización histórica.
Las expectativas desfavorables y las debilidades mencionadas están promoviendo una fuerte salida de capitales, lo cual ha provocado que el gobierno tome algunas medidas para paliar la situación. Se eliminaron encajes en dólares a los bancos para contener de alguna forma la caída del real, y se desarrolló un plan de reducción impositiva para tentar al mercado y atraer capitales frescos.
Por supuesto uno de los sectores más impactados es el bancario, el cual pierde rentabilidad por la pérdida de valor del real. Se fugan reservas, al tiempo que ante la contracción económica el nivel de consumo se deteriora. El mercado descuenta esto y presiona el valor de las entidades bancarias a la baja, donde tres de los bancos brasileros más grandes de América Latina hoy se encuentran con un valor de sus cotizaciones altamente deprimidos.
En lo que va del 2015, las acciones de las tres entidades bancarias más importantes de brasil cayeron más del 30% en función de la fuerte devaluación del real contra el dólar y la caída en la actividad económica ya mencionadas. El índice referencial de la Bolsa de Valores de Sao Paulo, Bovespa (línea roja en grafico n°4) cayó 16% en los últimos dos meses, contagiándose del pesimismo generalizado.
En este sentido y desde una perspectiva técnica, el índice brasilero podría seguir recortando posiciones hasta por lo menos los 47.500 puntos antes de definir tendencia. En cuanto a los bancos anteriormente mencionados, no existen fundamentos concretos que nos hagan ponderar tomar una posición determinada dado que se mueven en valores sin precedentes cercanos y en un contexto de total incertidumbre. El recorte fue significativo en estos últimos años, por lo que una vez solucionados los problemas de fondo, las perspectivas de trade podrían ser sumamente interesantes, pero por ahora es preferible tener cautela y buscar otras alternativas de mayor certeza. Podría esperarse alguna respuesta alcista y especulativas para estas entidades una vez que hayan tocado las zonas de precios resaltadas con las líneas rojas (mínimos históricos). De no responder al alza y con buen volumen, sus precios no tendrían un piso definido.