Como si los problemas de Europa no fueran ya suficientes para desestabilizar a los mercados, la mayoría de las bolsas asiáticas han caído durante la noche de hoy, debido a la preocupación de que China no flexibilizará más su política monetaria. El temor de que China pudiera estar dispuesta a tocar fondo antes de volver a inyectar más estímulos, se compensa con la reacción de los mercados tras conocerse los datos de la lectura previa en el índice de confianza del consumidor de Michigan para EEUU, que resultó de 73.6 frente a las previsiones de los mercados que era de 72.4, siendo la cifra anterior de 72.3. El Hang Seng de Hong Kong caía un 0.48% hasta alcanzar los 20019,33 y el índice del Compuesto de Shanghai bajaba un 0.51%. El yuan chino se depreciaba frente a la mayoría de las monedas del G10, excepto con las nórdicas (SEK y NOK), terminando plano frente al dólar estadounidense a las 7:10 GMT.
El par USD/CNY retrocedía un 0.60% de su máximo del 25 de julio, aunque ha estado evolucionando en trayectoria horizontal desde el 9 de agosto, cerca del plano EMA a 55 días. El USD/JPY ha mantenido la ganancia conseguida la semana pasada del 1.92%, alcanzando su máximo en 5 semanas en el 79.66, antes de estabilizarse a la baja al cierre del viernes. Los inversores están preocupados de que Shirakawa no está manteniendo la promesa realizada hace seis meses, de alcanzar un objetivo de inflación en el 1%.
El arma principal que tiene el Banco de Japón para alcanzar este nivel de inflación es el fondo de adquisición de activos, que está fijado en 45000 millones de yenes, y que se mantuvo sin cambios en la reunión del BoJ del 9 de agosto, así como el control sobre la firmeza de la moneda, ya que los tipos de interés llevan acomodados en mínimos históricos desde hace bastante tiempo. El yen se depreció un 9.55% a principios de este año, cuando los mercados cerraron el grifo del riesgo, pero no ha logrado mantener las ganancias debido al deterioro económico en Europa, China y Japón. El par se derrumbaba un 5.59% desde el máximo de marzo. En cuanto a la situación en Europa, los líderes tienen previsto discutir la ampliación del plazo de dos años pedida por Grecia para alcanzar su objetivo presupuestario.
Los medios de comunicación franceses parecen mostrarse indulgentes con el tema, y Alemania también, a pesar de que también se puede notar cierta resistencia. El Ministro de Finanzas alemán, Schaeuble, acabó con cualquier especulación sobre el fracaso del euro, describiéndolo como “sin sentido”, pero señaló que Grecia es un “asunto especialmente complicado” y que sería “estúpido” no estudiar escenarios en caso de que caiga. El mecanismo de estabilidad permanente, que estaba previsto que se impulsara el 9 de julio, se ha retrasado hasta que el Tribunal Constitucional alemán resuelva su constitucionalidad en septiembre. Hasta entonces, sospechamos que la red de seguridad para la situación será el BCE, respaldada por las declaraciones de los líderes europeos.