En el mes de noviembre los toros arremetieron con fuerza ante los capotazos que les lanzaron la inflación a la baja y la caída de rentabilidades exigidas a los bonos.
Los alentadores datos de inflación conocidos las últimas semanas han extendido el rebote de las bolsas que se inició a finales del mes de octubre. La caída en las rentabilidades exigidas a los bonos, que empiezan a descontar bajadas de tipos de interés en abril o mayor de 2024, ayudó a que se recuperarán los niveles de bolsas anteriores a las caídas que se extendieron desde agosto hasta octubre. El mes de noviembre el S&P 500 acumuló una subida del 9%, el EuroStoxx 50 del 8% y el Nasdaq 100 un 10,70%. Mientras el índice VIX (CBOE Volatility Index), conocido como el indicador del miedo, bajó a niveles no vistos desde antes del 2020, lo que denota un mercado confiado y posiblemente sobrecomprado.
La cuestión ahora es: ¿Queda recorrido para diciembre?
Históricamente diciembre ha sido el mes bueno para las bolsas, siendo uno de los meses con mayores subidas. Desde los años 40 el S&P 500 ha experimentado una subida medía del 1,54%, prácticamente duplicando la subida media si consideramos el conjunto de todos los meses. Pero un mes tan bueno como ha sido noviembre puede haber consumido las energías que habitualmente se destinan al habitual rally del fin de año.
En la terminología taurina, noviembre le ha hecho un quite a diciembre. El quite es cuando un torero se luce con un toro que no le corresponde torear. A modo de ayuda le hace unos pases al toro de su compañero para su propio lucimiento, pero también supone desgastar al toro y quitarle fuerza para los siguientes lances en los que debería lucirse el torero titular.
Diciembre se enfrenta también a otra dificultad como son las reuniones de política monetaria de la FED y del BCE, el próximo 13 y 14 de diciembre. Los presidentes de los bancos centrales se han mostrado duros en su misión de doblegar la inflación y, aunque la evolución es positiva, el trabajo parece que todavía no está hecho. Aunque el mercado descuenta una bajada de tipos para primavera, a los bancos centrales les preocupa iniciar las bajadas demasiado pronto porque los rescoldos de la inflación pueden provocar un nuevo incendio en los precios. Por lo tanto, el mensaje de los banqueros centrales puede enfriar las estimaciones del mercado sobre la cercanía de las bajadas de tipos, lo que penalizará a las bolsas.
El toro puede perder fuerza en diciembre, pagando los ímpetus y la excesiva confianza (recordar VIX) con que arremetió en el tercio de noviembre. El oso acecha, relamiéndose con la miel que le pueden proporcionar los banqueros centrales, deseando ser el protagonista del fin de año.
Esta semana permaneceremos pendientes de los datos de empleo en EE.UU. Unos datos excesivamente positivos enfriaran los mercados ante la posibilidad de que la FED se atreva a acometer una nueva subida de tipos, que ahora la mayoría descarta. Unos datos menos positivos representan la ralentización de la economía estadounidense, escenario más compatible con el final del ciclo de subidas de tipos que el mercado actual tiene en precio. En cualquier caso, dado el recorrido del último mes, y por lo comentado en este artículo, no es de esperar un avance importante en las bolsas esta semana.