¿Qué ha pasado desde que en las actas del mes de marzo del Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC) se anunciase el comienzo de la reducción del tamaño el activo de su balance?
Recordamos que los consejeros de la Fed anunciaron un ritmo mensual de 95.000 millones de dólares -60.000 de títulos del Tesoro, y 35.000 relativos a deuda hipotecaria-, así como su intención de introducir esta medida de manera progresiva, con importes más modestos en los primeros tres meses. En ruedas de prensa posteriores, Jerome Powell aclaró que durante ese período de transición esa cifra estaría en torno a los 47.500 millones de dólares mensuales.
Pues bien, el pasado 13 de abril, el activo total del balance de la Fed hizo su máximo en 8,96 billones de dólares, mientras que cerramos el mes de mayo en 8,91 billones, lo que representa una reducción de 51.200 millones de dólares, muy en línea con lo anunciado por el presidente de la Fed. Podemos decir que el quantitative tightening ya ha comenzado oficialmente.
Las actas de la reunión del FOMC del mes de mayo confirmaron la validez de la tesis que proponíamos el 6 de septiembre y que actualizábamos posteriormente el 11 de abril al indicar expresamente que el uso de la facilidad de Repos Inversos Overnight (ON RRP) caería a medida que avanzara la reducción del balance.
“(…) ON RRP usage could remain elevated in coming months but (…), over the longer term, usage would decline as balance sheet reduction proceeded”
Como hemos explicado en ocasiones anteriores, los ON RRP son instrumentos de carácter temporal, con vencimiento diario, utilizados por la Fed para ajustar las necesidades de liquidez del sistema y mantener los tipos de los Fondos Federales en su horquilla objetivo. Buscan drenar liquidez de la economía, para lo cual remuneran el excedente que los bancos no utilizan. Por tanto, la diferencia entre la inyección del banco central a través de la compra de activos y la reducción de liquidez vía ON RRP nos da una cifra mucho más ajustada del dinero disponible para apoyar la actividad económica, correlacionando también mejor con el impulso del crédito.
Frente a lo sucedido en el período entre 2014 y 2018, en que las diferencias eran menores, desde abril de 2021, el gap entre el tamaño del activo de balance de la Fed y la cifra resultante una vez eliminamos el saldo de ON RRP no ha parado de crecer, superando ya los 2,03 billones de dólares. Aunque parecía que esta diferencia se había estabilizado en 1,8 billones de dólares, la inflación no parece dar tregua al FOMC, por lo que siguen haciendo uso de esta facilidad como opción más rápida frente a la alternativa que pasa por esperar al vencimiento mensual de la deuda que se encuentra en la cartera de la Fed.
Los 2,03 billones de dólares podrían tomarse como un objetivo mínimo de reducción del balance. Como ocurrió durante el período 2014-2018, la Fed continuó con el proceso de normalización del balance incluso después de dejar de utilizar los ON RRP, reduciendo el tamaño de su activo en un 18%. Sin embargo, por la forma en que el banco central ha utilizado estos instrumentos en esta ocasión, consideramos razonable en un primer estadio que el objetivo del tamaño del activo no vaya mucho más abajo de los 6,88 billones de dólares -supondría una reducción del 23%-, ya que por el camino Powell y el resto de los miembros del FOMC pueden encontrarse con una ralentización de la actividad económica que potencialmente podría derivar en recesión -lo que se suele denominar ‘aterrizaje duro’-, y un progresivo deterioro de la estabilidad financiera.
Lo que está claro es que, tras los datos de mayo que cifran el desempleo en EE. UU. en el 3,6% y la reunión mantenida la semana pasada entre Biden y Powell, la prioridad número uno de la Fed es el control de la inflación. Esto, por el momento, deja a los inversores huérfanos de un banco central al que en las últimas dos décadas se le atribuía una aparente omnipotencia que le permitía apoyar el crecimiento económico, salir al rescate de los bancos y de los mercados financieros, y financiar sin límite las políticas fiscales de los gobiernos. Esa omnipotencia se convierte ahora en debilidad, ya que se cimenta en una estabilidad de los precios que hoy por hoy ha desaparecido, y que urge recuperar por el bien de las familias, los ahorradores, las empresas y me atrevería a decir que también de algunos banqueros centrales.
Flujos netos de efectivo
Los ETFs y los fondos de inversión son productos muy utilizados por una parte importante de la comunidad inversora, debido a su tratamiento fiscal especial y a la posibilidad que ofrecen de construir una cartera diversificada de manera muy sencilla. Por ese motivo, son un buen termómetro del interés y del miedo en cada momento.
Durante la última semana, se registraron casi 26.000 millones de entrada de efectivo en renta variable. En el conjunto del año, la renta variable ha recibido 119.272 millones de dólares.
Por lo que respecta a la cartera de derivados de inversores institucionales, la exposición a renta variable se recupera ligeramente, igual que las materias primas.
Seguimiento de la Fuerza Relativa Tendencial
Este indicador es útil a la hora de determinar el peso relativo que debe asignarse a cada clase de activo en una cartera diversificada. Se diferencian cuatro tipos de tendencias (alcista, lateral-alcista, lateral-bajista y bajista). Identificamos a continuación en qué punto se encuentra la FRT con datos de cierre del viernes y cómo ha evolucionado en el tiempo.
La FRT del conjunto de las materias primas (+25) sube hasta rozar la zona alcista, tras la revalorización de productos como el petróleo. Continúa siendo la clase más fuerte. La renta variable (-33) continúa por octava semana consecutiva en zona bajista, mientras las cryptos (-44) recuperan tímidamente algo de fuerza interna, aunque se mantienen en zona bajista.
Entre las familias de materias primas, el indicador de fortaleza interna de Energía (+89) alcanza máximos históricos, seguido de Alimentación (+8), que repite esta semana, Metales Industriales (-8), recuperando la zona lateral-bajista y, por último, Metales Preciosos (-17). A pesar de ser la familia más débil, ha experimentado una fuerte recuperación desde los -75 de la semana pasada.
Dentro de la renta variable, los índices americanos (-50) repiten una semana más como los más débiles, seguidos de los asiáticos (-30) y los europeos (-25), que rozan esta semana la zona bajista.
La renta variable norteamericana ha sido la única de las grandes regiones que no ha conseguido cerrar en positivo, tras las caídas experimentadas durante la segunda mitad de la semana.
Actualización de los niveles de control de los inversores institucionales
Como saben de artículos anteriores, nuestra predisposición es alcista mientras el precio de los distintos activos se sitúe por encima de los niveles en los que se encuentran posicionados los inversores institucionales y que se muestran en la tabla siguiente. Los niveles de presión bajista son relevantes a los efectos de anticipar en qué zonas de precios puede incrementarse temporalmente la volatilidad.
Mantenemos el escenario de debilidad en los tres índices americanos mientras no superen los niveles de control localizados en 4.226 en el S&P 500, los 33.323 del Dow Jones de Industriales, y el Nasdaq en 13.429 puntos.
El oro pierde la predisposición alcista cerrar por debajo de los 1.854 dólares. La plata ha cerrado ligeramente por encima de nivel de control en 21,8 dólares, por lo que mantenemos la predisposición alcista. El Brent, por su parte, continúa por encima de los 74,2 dólares de control, por lo que nada cambia respecto de la semana pasada.
En el mundo crypto, la predisposición seguirá siendo de debilidad mientras Bitcoin no supere los 52.463 (sin cambios respecto de la semana pasada) y Ether se mantenga por debajo de los 2.637 (frente a los 2.754 anteriores).
Actualizamos a continuación los niveles de prealerta más relevantes para la semana entrante, donde indicamos para cada uno de estos activos qué niveles, en caso de vulnerarse o superarse, podrían dar lugar a movimientos significativos.
¡Buena semana y buenas inversiones!