Mientras Grecia continua elaborando los detalles con los acreedores privados, la historia se mueve hacia Portugal y más específicamente a la presión que la postura del BCE está infringiendo en el mercado de bonos ahí. Habiendo alcanzado el 15% en relación a Alemania, los spreads están ahora al nivel de aquellos de Grecia cuando la participación del sector privado fue anunciada en Julio del año pasado. El precio de los CDS griegos estaban cerca de 2,500, mientras que en Portugal están actualmente en 1500. Parte de esto puede ser achacado a que la carga de deuda pública de Portugal es mucho menos excesiva que la de Grecia, todavía por debajo del 100% del PIB según datos del Eurostat.
Los políticos han sido firmes en que lo que estaban demandando a Grecia ( un descuento voluntario del sector privado) es un hecho aislado. La sugerencia inicial de la canciller alemana Merkel ha sido vista como un factor clave en la ampliación de los spreads periféricos al temer otros países que ellos podrían ser los siguientes. Incluso si elimináramos este punto, la nueva cuestión es la posición asumida por el BCE como acreedor preferente frente a tenedores ordinarios de bonos. Esto subraya su insistencia en no participar en ninguna rebaja de la deuda griega, apoyándose en su argumento de que haciéndolo incumpliría la cláusula de “ No rescates” consagrada en los tratados europeos.
Sin embargo, si el BCE continúa comprando bonos portugueses, una mayor proporción de la deuda griega será acumulada por este nuevo acreedor preferente. Siendo así el caso, los tenedores privados de bonos empezarán a ser más desconfiados al pensar que a ellos se les pedirá que soporten el sufrimiento, a pesar de las garantías oficiales de que esto no será así. Por lo tanto, pudiéramos asistir a una lucha y, a pesar de las compras de bonos del BCE, la presión al alza en el interés continuaría e incluso sería aumentado por la posición del BCE.