Para los traders que siguen los titulares del petróleo, el tuit del presidente 12 horas después del reciente ataque a un dron ha proporcionado la oportunidad perfecta para abandonar toda precaución y comprar.
"¡Irán ha cometido un gran error!", ha tuiteado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Los precios del crudo, que ya habían subido un 3% durante la noche tras el derribo de Teherán de un dron estadounidense, duplicaron su repunte. Terminaron subiendo casi un 6% en el transcurso de la jornada, su mayor subida de este año.
Lo que pareció importarles menos a los traders en largo del mercado el jueves fue que Trump se desdijera del tuit, o más bien que lo aclarara, antes del cierre de la jornada de negociación del mercado petrolero.
En lugar de culpar al Estado iraní en sí, como parecía implicar su respuesta inicial, el presidente dijo a los periodistas al menos una hora antes del cierre del mercado que cree que el derribo del dispositivo aéreo de vigilancia fue obra de un general iraní "estúpido" de la Guardia Revolucionaria Islámica, que cometió un error involuntario "tonto".
Por supuesto, Trump es Trump y no se detuvo ahí. El presidente enturbió su mensaje añadiendo "Este país no va a tolerar esto... pronto lo comprobareis", cuando se le preguntó cómo planeaba responder su Gobierno. Incluso lanzó una pintoresca observación de poco valor describiendo la crisis como "una nueva pega, una nueva mancha en el historial".
Un “gran” aunque “estúpido” error que los alcistas del petróleo decidieron ignorar
Pero con estas aclaraciones sobre la marcha, el intento de Trump de arreglar las cosas ha sido todo lo bueno que podría ser: Irán cometió un error, tal vez grande y estúpido, pero no intencional.
Sin embargo, los alcistas del petróleo decidieron ignorar lo obvio de las palabras del presidente, haciendo subir por los aires los precios del crudo tras una semana en la que el mercado ha sido a menudo cruel con ellos –incluyendo el miércoles, cuando los datos semanales sobre el petróleo de Estados Unidos resultaron abrumadoramente alcistas y la Fed habló de la posibilidad de recortar los tipos de interés. Los bajistas del petróleo no tienen ninguna posibilidad de resistir al paso del proverbial buque— o tren, o camión, o como queramos llamarlo— del impulso del mercado del jueves.
Pero a mediodía de este viernes en Asia, los precios del petróleo bajaron después de que el New York Times informara de que Trump había decidido no tomar represalias contra Irán tras haber aprobado inicialmente varios ataques militares en la República Islámica tras el derribo del dron. A pesar del descenso, el crudo de Estados Unidos acumula una subida del 9% en el conjunto de la semana, su mejor actuación semanal desde abril de 2018. El petróleo Brent del Reino Unido subió casi un 4% en términos semanales, su mayor subida desde febrero.
El petróleo tiene todas las papeletas para volver a dispararse la semana que viene si el próximo conjunto de datos sobre la demanda de las reservas de crudo y gasolina de Estados Unidos vuelve a ser positivo.
El mercado también podría observar una brusca subida si Trump y su equipo mantienen, como han prometido, una positiva charla con el presidente de China, Xi Jinping, y los negociadores de Pekín en el G20, para intentar resolver el conflicto comercial que dura ya más de un año entre las dos superpotencias y que amenaza con provocar una recesión global.
El eterno mantra de las reducciones de producción de los ministros del petróleo de la OPEP a medida que se acerca su reunión de los días 1-2 de julio en Viena y el aumento del revuelo en Irán son algunos de los factores que podrían obrar su magia en el mercado.
Sin embargo, hay un individuo que podría aguarles la fiesta a los alcistas del petróleo.
Y una vez más, se trata de Trump.
Pocas cosas le importan más a Trump que el petróleo barato
Tratando de aclarar su respuesta inicial a Irán del jueves, el presidente ha tenido otra oportunidad para demostrar lo que verdaderamente le importa de aquí a las elecciones de 2020: que bajen los precios del petróleo. Su decisión de no ir a la guerra con Irán refuerza esta idea.
Que se disparen los mercados del petróleo —particularmente la subida de los precios de la gasolina en los surtidores— siempre ha perjudicado a los presidentes de Estados Unidos en años de elecciones.
Muchos de los que han seguido de cerca a Trump no han pasado por alto el cuidado que ha tenido últimamente para no alimentar las tensiones geopolíticas que podrían impulsar tanto el crudo como los precios en los surtidores.
Esto explica por qué, a pesar de ser el arquitecto de la mayor parte de las tensiones con Teherán —al fin y al cabo fue idea suya romper el acuerdo nuclear de 2015 de Irán con el mundo e imponer nuevas sanciones al país—, también ha andado con pies de plomo en las respuestas a sus últimas provocaciones.
Olivier Jakob, de la consultoría de petróleo PetroMatrix en Zug, Suiza, ha dicho que Trump ha presionado tremendamente a la Fed para que baje los tipos y crear así una economía estimulada, tranquila, para los inversores de renta variable, así como su base de seguidores.
Jakob añade:
"Está claro que el presidente se centra plenamente en la candidatura a la reelección del año 2020. Para ello, Trump quiere un mercado de valores más fuerte pero sin entrar en guerra con Oriente Próximo. Irán lo entiende así y, como resultado, aumenta sus provocaciones militares con la esperanza de que Estados Unidos reduzca sus exigencias en las negociaciones".
¿Interrumpirá el presidente el repunte del petróleo otra vez?
El derribo del dron el jueves tiene lugar después de acusar también a Teherán de ser responsable de los ataques de la semana pasada contra los dos petroleros del Golfo de Omán y el sabotaje del mes pasado de otros buques e infraestructuras petroleras de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. También se han producido ataques con cohetes contra instalaciones vinculadas a Estados Unidos en Irak por parte de presuntos intermediarios iraníes. Irán además prometió esta semana que comenzaría a enriquecer uranio de nuevo, suscitando temores acerca de que busca hacerse con armas nucleares.
Todavía no sabemos qué tiene Trump en su caja de herramientas para evitar otro repunte del petróleo. Su intento la semana pasada de conseguir que el primer ministro japonés, Shinzo Abe, negociara una tregua entre él e Irán fracasó estrepitosamente.
Pero éste es un presidente cuyos tuits y declaraciones han servido más que a menudo en el pasado para lastrar el mercado más que para provocar un repunte. Podría intentarlo otra vez, y podría tener éxito —para frustración de los alcistas del petróleo.