El real brasileño fue objeto de nuevas presiones a partir de mediados de octubre, ya que los rendimientos de Estados Unidos iniciaron la recuperación tan esperada. Todo el complejo de los mercados emergentes sufrió dado que toda la curva de rendimiento de EE.UU. cambió al alza.
El movimiento está lejos de terminar, ya que la rentabilidad de los bonos del Tesoro estadounidense a 2 años alcanzó un máximo de nueve años ayer y probó el umbral de 1,6535% antes de estabilizarse en alrededor de 1,64%. El diferencial entre los tipos de interés entre EE.UU. y Brasil está reduciendo los incentivos para invertir en activos de mercados emergentes de mayor riesgo.
Con respecto al real brasileño, los inversores están siendo más cautelosos en el contexto de los tipos más bajos de Brasil y las incertidumbres sobre la reforma de las pensiones. El Gobierno dirigido por Michel Temer estaba a punto de aguar la versión original, ya que no tenía suficientes votos para aprobarla en el Congreso. Obviamente, los inversores reaccionaron negativamente a la noticia ya que significa que será necesario más tiempo para reducir el déficit fiscal.
Por último, se espera que el Banco Central de Brasil (BCB) frene el ritmo de aceleración ya que la inflación se ha movido por debajo de la banda objetivo del banco central del 4,5% + / -1,5%. La inflación se ha estabilizado en alrededor del 2,50% interanual desde el final del verano. Ahora que el BCB ha logrado llevar de vuelta la inflación a niveles aceptables, el mercado no espera más que otros 50 puntos básicos este año, llevando la tasa Selic al 7%.
Aunque el real tiene margen de subida en el contexto de la mejora de la situación económica, creemos que la política monetaria de Estados Unidos más estricta reducirá significativamente el apetito de los inversores por los activos brasileños, sobre todo porque el Gobierno parece tener dificultades para aprobar sus reformas. El nivel de 3,0 en el USD/BRL es un soporte sólido y hay pocas posibilidades de que el USD/BRL caiga por debajo de ese nivel.