A veces el remedio no es mejor que la enfermedad. Últimamente, China está lidiando con un crecimiento económico lento. Y, en un esfuerzo por enderezar el rumbo y reforzar su control sobre las cadenas de suministro mundiales, sus dirigentes se han lanzado a comprar productos de alta tecnología, como baterías, vehículos eléctricos y otros artilugios ecológicos. Pero en el proceso han creado un nuevo problema: el exceso de capacidad. Ahora, los automóviles, los productos químicos y el acero de China inundan los mercados mundiales. Después de todo, el precio medio de las exportaciones chinas cayó casi un 10% de 2022 a 2023, mientras que los volúmenes de exportación se dispararon a máximos casi récord.
Esta avalancha de productos chinos baratos está haciendo sudar a los responsables políticos estadounidenses y europeos. Los precios más bajos de los productos chinos dificultan la competencia de las empresas estadounidenses y europeas, especialmente en los sectores del acero, los paneles solares y los automóviles. A medida que los productos chinos dominan esos mercados, las empresas estadounidenses y europeas pierden cuota de mercado, lo que se traduce en un crecimiento más lento y menores ingresos. Para competir, tienen que bajar los precios, lo que reduce sus cuotas de beneficios.
No es de extrañar que Estados Unidos haya cuadruplicado recientemente los aranceles sobre los vehículos eléctricos chinos hasta el 102,5% y haya aumentado drásticamente los gravámenes sobre cientos de otros productos chinos importados. La Unión Europea le sigue de cerca y está dispuesta a aumentar los aranceles sobre los vehículos eléctricos chinos.
Y estas medidas podrían tener tres grandes repercusiones que conviene conocer:
- Guerras comerciales: Los aranceles de EE.UU. y la UE podrían ayudar a los fabricantes locales de paneles solares, automóviles y acero, pero también podrían desencadenar una guerra comercial. Goldman Sachs (NYSE:GS) dice que es una amenaza aún mayor para Europa, ya que las empresas del Stoxx 600 obtienen el 7% de sus ventas de China (casi cuatro veces más que las empresas del S&P 500). La UE, que compra un tercio de las exportaciones chinas de vehículos eléctricos, podría añadir más aranceles este mes. Si China toma represalias, los fabricantes alemanes, que venden el 17,8% de sus coches nuevos en China, podrían ser los más afectados.
- Precios más altos: Los aranceles podrían disparar los precios para los consumidores. El efecto inmediato en EE.UU. podría ser limitado, ya que muchas de las actividades comerciales afectadas por los aranceles ya se han desplazado fuera de China, pero los productores nacionales podrían volverse perezosos, sabiendo que están protegidos de la competencia extranjera. Además, el aumento de los precios de los vehículos eléctricos, los paneles solares y las baterías podría frenar el ritmo de las iniciativas ecológicas.
- Nuevas oportunidades: No todo son malas noticias. Países como India, México y Vietnam podrían beneficiarse si las cadenas de suministro y las inversiones empresariales se alejan de China. Esto podría impulsar sectores como los semiconductores, la automoción, la energía solar, la industria farmacéutica y la defensa. Nomura sugiere que las empresas indias podrían registrar un crecimiento de sus beneficios de entre el 12% y el 17% en los próximos años, a medida que se incremente el gasto.