Cuando se habla de conectar al mundo, de perfiles, de libertad de expresión en la voz de cada uno, y de compartir fotos y “likes”, se habla de Facebook (NASDAQ:FB). Pero cuando se habla de “fake news”, desinformación, fuga de datos, violación a la privacidad y corrosión de la democracia también se habla de Facebook. Lo mismo sucede cuando se habla del “Brexit”, la independencia de Cataluña, o la “trama rusa” en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. El riesgo es que, en plenas elecciones presidenciales de México, Facebook también se coma el corazón de su democracia.
Las elecciones políticas cada vez se dirimen más en las redes sociales, y menos en las plazas públicas o los debates televisivos. En un principio, se pensó que la digitalización y las redes sociales permitirían democratizar las sociedades. Era la “Primavera Árabe”, y las redes sociales fueron encumbradas como la “tecnología de la liberación” de los pueblos oprimidos que no podían expresar sus ansias de libertad y democracia: millones de voces calladas encontraban en la red su articulación y su eco. Pero algunos años después la percepción es otra. La impresión ahora es que las redes están intimidando a la democracia: lo que se veía como el gran medio que permitiría a cada individuo expresarse y actuar, ahora se percibe como instrumento de desinformación y manipulación a través de campañas propagandísticas muy dirigidas y certeras.
La mayor estocada la recibió Facebook la semana pasada. El 17 de marzo saltó la noticia de que una firma de consultoría política que apoyaba a Donald Trump, Cambridge Analytica, extrajo de la red social los datos de 50 millones de usuarios. ¿Cómo? Habría que remontarse al año 2014. Un estadounidense de origen soviético, Aleksandr Kogan, creó una aplicación en Facebook llamada thisisyourdigitallife con el que extrajo información básica a cerca de 270,000 usuarios que se descargaron la aplicación y a quienes aplicó una encuesta. El caso es que la aplicación no sólo recababa la información de los usuarios que se descargaron la aplicación, sino también de todos sus amigos cuya configuración de privacidad lo permitía. Así, Kogan obtuvo la información de 50 millones de usuarios, datos que luego traspasó a Cambridge Analytica con fines comerciales.
Y aquí llegan los problemas: Facebook asegura que Kogan violó las políticas de la compañía al traspasar la información a Cambridge Analytica, en tanto que él asegura que los términos y condiciones de su aplicación permitían el uso comercial de los datos. Cuando Facebook descubrió el pastel en 2015, retiró la aplicación de Kogan y le exigió a él y a todos a los que había traspasado la información, incluyendo Cambridge Analytica, que la destruyeran.
Sin embargo, y pese a que Cambridge Analytica asegura que eliminó los datos, todo parece indicar que no fue así: la empresa, fundada por Robert Mercer, un ex-director de Renaissance Technologies que se hizo multimillonario especulando con fondos cuantitativos, usó los datos para bombardear a los usuarios con propaganda y noticias falsas que favorecieran a Trump y dañaran a la candidata demócrata Hillary Clinton. El jefe de campaña de Trump, Steve Bannon, estuvo también en el consejo de Cambridge Analytica, y ambos, tanto Mercer como Bannon, están ligados Breitbart News, el sitio web de noticias alineado con la línea más dura de Trump. Ahora, el fiscal especial Robert Mueller investiga los nexos de los servicios de Cambridge Analytica que utilizara el equipo de campaña de Trump con la trama rusa.
El caso es que cuando el Observer y el Times revelaron esa delicada información, Facebook entró en serios aprietos. Y por varias razones: uno, una empresa pudo obtener datos de millones de usuarios de Facebook sin su consentimiento, quebrando su privacidad; dos, esa empresa, a través del uso de “bots” (la capacidad de una máquina para interactuar con los usuarios de Facebook) y granjas de troles (usuarios con perfiles falsos) pudieron explotar esos datos difundiendo información falsa a mansalva y con campañas muy dirigidas con el fin de influir en los debates de los usuarios y posicionarlos a favor de Trump; y tres, y como corolario de todo lo anterior, esa actividad pudo incidir en el resultado de la elección estadounidense y desvirtuar la democracia estadounidense.
El castigo a Facebook por el mercado fue devastador: la semana pasada, la acción se hundió un 13.9%, lo que significó que su valor en bolsa disminuyera en cerca de 75,000 millones de dólares (mdd), algo así como el PIB de la República Dominicana. La fortuna personal de Marck Zuckerberg también se resintió: sólo durante esa semana se esfumaron 10,300 mdd de su riqueza, lo que le hizo perder tres puestos en el ranking de los más pudientes del mundo pasando al séptimo lugar en una lista en la que cada vez lidera con más distancia el director ejecutivo de Amazon (NASDAQ:AMZN), Jeff Bezos. Pero además, y para su escarnio, en su rival Twitter se hizo tendencia el movimiento #DeleteFacebook, una petición que se extendía a otras plataformas de la empresa como Instagram y Whatsapp. Elon Musk, quien ha chocado con Zuckerberg en varios temas como el de la inteligencia artificial, presumió haber borrado sus perfiles de Facebook. Por otro lado, los anunciantes también ha levantado su voz: desde hace tiempo exigen una mayor transparencia de la empresa sobre la credibilidad de los datos referentes a sus campañas publicitarias, luego de que el propio Facebook admitiera que inflaba las cifras. A su vez, les preocupa que no estén protegidos los datos de sus clientes que suben a Facebook con el objeto de hacer más eficientes sus campañas.
Ahora bien, mientras Facebook (y también Google (NASDAQ:GOOGL) y Twitter, las otras dos grandes empresas de grandes audiencias capaz de gestionar campañas muy dirigidas) están siendo escudriñadas por su papel en la sociedad y en el juego democrático, en México se preparan para lo que pueda venir. La distorsión de la información a través de Facebook y Twitter en este país es alarmante, y se hace en gran medida con el objeto de influir en los nuevos y jóvenes votantes, que se estima sean de 14 millones de votos en las elecciones de julio. Un informe elaborado por la organización estadounidense Freedom House sobre la libertad en la red, advierte que la manipulación en internet y las campañas de desinformación son una práctica común en México desde el año 2012, con el uso masivo de bots y granjas de troles. México posee la quinta mayor comunidad de Facebook del mundo, y en ese terreno se está produciendo una verdadera batalla campal. Además, se ha sabido que la ahora denostada Cambridge Analytica que trabajó para Trump habría operado en México, y que el Instituto Nacional Electoral (INE) suscribió un convenio con esa red social, que poseerá oficinas en las propias instalaciones del INE.
Que el tema de las redes sociales ha alcanzado una dimensión política queda en claro si tenemos en cuenta que en Estados Unidos, el Congreso llamó a declarar a Marck Zuckerberg, en tanto los legisladores se plantean regulaciones que limiten y supervisen la publicidad digital. Ellos son vistos como los nuevos monopolios, tan gigantescos que pueden producirse un desplazamiento de poder de los gobiernos hacia ellos y amenazar a la propia democracia.
INFOGRAFÍA
La semana pasada fue horrenda para Facebook. La obtención de datos de 50 millones de usuarios de Facebook por Cambridge Analytica, una consultoría política ligada a Trump, generó una corriente en contra de la empresa, que se tradujo en el movimiento #DeleteFacebook y que, ante la desprotección de la información, hizo que la acción se hundiera casi un 14% la semana pasada…
Fuente: Bloomberg
… la caída de Facebook impactó a otros gigantes tecnológicos, sobre todo a aquellos que también manejan información confidencial de grandes audiencias. Google, por ejemplo, se hundió un 10.1% y por su mayor tamaño, le significó una pérdida de 77,000 mdd en capitalización bursátil. El valor en bolsa de Facebook cayó en 75,000 mdd y la fortuna personal de Zuckerberg se redujo en 10,300 mdd…
Fuente: Elaboración de llamadinero.com con datos de Bloomberg
…Facebook y Google, dominan el mercado de publicidad por internet en Estados Unidos. Facebook acapara el 45% de la publicidad y Google el 14%. El escándalo de Cambridge Analytica y su repercusión social y política ha significado que el Congreso pida la comparecencia de Zuckerberg para que dé explicaciones y un movimiento a favor de regular y supervisar la publicidad digital…
Fuente: Bloomberg
… en México, gran parte de la batalla electoral se está librando en Facebook ante el éxito de la plataforma en el país. México es el quinto país con mayor número de usuarios del mundo y el segundo de Latinoamérica por detrás de Brasil. Según Freedom House, en México es práctica común el uso de “bots” y granjas de troles y se sabe que Cambridge Analytica operó en el país.
Fuente: Statista