La verdad que ya llovió desde la pasada crisis financiera del 2008. Aquellas épocas en las que, antes del fatídico 2008, nuestra sociedad vivía en una burbuja en la que todo lo bueno sería eterno, así como en los años poscrisis, con toda una población profundamente negativa con el futuro que venía.
Como vimos una vez más, la economía son ciclos, fases alcistas/bajistas que se alternan de forma similar al ciclo de las mareas y donde, ante el inicio de una nueva fase, tiende a reinar el escepticismo absoluto en la sociedad, que parece no querer ver la nueva fase y aferrarse a la pasada.
En la actualidad no cambió mucho este comportamiento social, no tenemos que hacer mucha memoria para recordar cuando, a principios de este año, todo parecía favorable y los problemas mundiales parecía que se solucionaban por sí solos (Brexit, Guerra Comercial, crisis económicas, conflictos bélicos). Todo ello hasta que llegó el coronavirus (para muchos, fruto del "azar", para otros que llevamos tiempo en esto de la economía, algo preparado para encender la mecha de la siguiente crisis financiera) y de la noche a la mañana nos metimos en una gran crisis sanitaria primero y económica después, siendo esta última la que más suele tardar en resolverse.
Sin embargo, debemos ser plenamente conscientes que una crisis, desde el punto de vista oriental, no es más que un cambio. Un cambio que para algunos es positivo y para otros, negativo. Por ello, no tiene de por sí connotaciones negativas como así se le atribuye en Occidente. Por dicha razón que una crisis suponga algo positivo o negativo en nuestro futuro va a depender 100% de nosotros, puesto que el efecto o impacto global es igual para todos, pero no el nivel de refuerzo con el que individualmente salimos adelante.
Por ello voy a detallar una serie de claves que personalmente me ayudaron no sólo a emprender en la pasada crisis financiera del 2008, sino ahora en plena crisis 2020, donde las oportunidades que ofrece el mundo son increíbles, pero solo para aquell@s que nutran su mente con el conocimiento necesario para saber verlas y aprovecharlas.
1º Las RRSS serán tu escaparate al mundo: No me canso de comentar que en pleno S. XXI debemos ser conscientes de la cantidad de personas que actualmente se comunican, conocen o buscan aquello que les interesa a través de las redes sociales. De tal forma que en ellas nosotros, los emprendedores, tenemos nuestro mejor escaparate para no sólo mostrar aquello que ofrecemos (bien/servicio) sino también (y aquí está lo importante) para que puedan conocernos como personas, con nuestras opiniones, forma de pensar y transmitir aquello que puede ayudar a nuestros seguidores. Por ello, las RRSS son indiscutiblemente una poderosísima herramienta a nuestro alcance, donde tenemos a todo el mundo de espectador.
2º Motivación Interna y carácter ganador: Lo que marca al final el éxito de una persona no es tanto el conocimiento o títulos que pueda acumular, sino la pasión, entrega y constancia que pueda tener y que siempre ganan al talento, sobre todo si este talento no se esfuerza. Y esta clave de saber generar un auténtico carácter ganador marca radicalmente la situación de muchas personas, puesto que abre o cierra nuestra mente a poder ver soluciones o problemas. En función de cómo enfoques nuestra mente, ella nos dará un camino a seguir. Por dicha razón predomina en este mundo la crítica, la mediocridad y la envidia. Puesto que para tener eso, no hace falta hacer absolutamente nada, es casi natural estimular la vagancia y no salirnos de nuestra zona de confort. Pero orientarnos a crecer en nuestras metas y objetivos, sin excusarnos por nuestras condiciones actuales, sólo está al alcance de aquellos que verdaderamente desean y quieren sus objetivos.
¡Recuerde que el 90% "desea ser " pero solo el 10% hace lo necesario "para serlo"!
Les confieso que, a nivel personal, nunca tuve tal cantidad de proyectos, ideas para llevar a cabo y mejoras en proyectos previos como en la actualidad. Ello no hace más que reforzar una máxima de que en una crisis, la educación financiera en toda su visión amplia (libertad financiera, emprendimiento o crecimiento personal) ayuda y define quienes saldrán reforzados en estos tiempos y quienes perjudicados.
Al fin y al cabo, como les comenté, estimados lectores, la crisis es un CAMBIO.
¡Y ustedes deciden el camino a recorrer!