Las bolsas europeas han abierto hoy cotizando las caídas que han experimentado las bolsas chinas. La decepción continúa en el continente asiático con los reducidos porcentajes de crecimiento económico previsto del gran dragón y las medidas gubernamentales ya no parecen ser capaces de contener las ventas. Con un desplome de más del 8% en los futuros del FTSE China A50 y del CSI300 en la sesión de hoy y con importantes soportes cerca, la tensión no puede hacer otra cosa que aumentar.
El próximo sábado se pelea el próximo asalto de este particular combate con la publicación de los datos de PMIs manufacturero y no manufacturero. En función de los resultados, el lunes podría abrir con gran volatilidad bajista.
En cualquier caso, independientemente de lo que digan las previsiones macro, China tiene un gran problema de base, y es que después de muchos años creciendo a ritmos espectaculares, en algún momento tenía que parar para hacer la digestión. El resto del mundo ha aprendido a depender del gran gigante asiático y de su espectacular demanda y ahora que parece que la gallina de los huevos de oro va a dejar de poner los granjeros se asustan. Es un ejemplo más del cortoplacismo patológico de los mercados/inversores, del que vemos otro ejemplo claro en Grecia.
El otro gran foco de presión de las últimas semanas ha cedido protagonismo últimamente, aunque no debemos olvidarnos de él. El Gobierno de Syriza aún no ha negociado las condiciones finales del rescate, que aparentemente están suspendidas en este momento por problemas logísticos. En un informe publicado por el banco Natixis (PARIS:CNAT), en caso de que las actuales condiciones financieras se mantengan, Grecia disfrutaría de un período relativamente cómodo con vencimientos anuales discretos (unos mil millones al año de repago de deuda), pero a partir de los 2030 el servicio anual de repago de la deuda se multiplicaría prácticamente por 6 con lo que, desde un punto de vista práctico, lo único que hemos conseguido es darle una patada hacia delante al problema. Quizá eso nos asegure un tiempo de tranquilidad pero el problema real está lejos de solucionarse y volverá a surgir tarde o temprano.
La espiral bajista de las commodities sigue dando que hablar, no solo por la evolución directa de los precios de las materias primas sino por lo que implican para las economías que dependen de ellos. Mirando los gráficos, la caída de las materias primas (cogiendo como referencia el ETF Lyxor Commodities CRB (MADRID:CRB)) está correlacionada positivamente con el desplome de las economías emergentes (en este caso la referencia sería el Lyxor MSCI Emerging Markets). Los cruces del dólar frente a monedas como el Rand sudafricano, el Real brasileño, el Rublo ruso o las divisas del sudeste asiático están cayendo intensamente en los últimos días. Eso por no hablar de la cotización extraoficial del Bolívar venezolano en el mercado negro local, que ha pasado de estar casi a la par en 2012 a cotizar a casi 700 bolívares el dólar en este momento y empeorando. Esto puede suponer una oportunidad especulativa de trading en corto, pero también un aviso de que después de la crisis mundial que hemos vivido y de la que parece que podríamos estar saliendo, ahora mismo nos encontramos casi en terreno desconocido y no conviene confiarse.
En cuanto a datos macro, hoy se ha publicado la encuesta Ifo de confianza empresarial en Alemania, que ha recogido un resultado mejor de lo esperado. Esta tarde tendremos pedidos de bienes duraderos en EE.UU. y solicitudes de desempleo en Francia.