La plata ha sacado provecho de la subida del oro, superando nuestras proyecciones y dejando atrás la fase de pesimismo que padecía durante los primeros cinco meses de 2019. Tras haber revisado al alza nuestras proyecciones sobre el oro, también lo hemos hecho en dirección idéntica con nuestras estimaciones del precio de la onza de plata para el segundo trimestre de 2019, pasando de los $16.5/oz, a los $17.05/oz. Sin embargo, para fines del tercer trimestre de 2019, la plata podría marcar un pico mucho mayor aún, a la altura de los $19.90/oz. Es por ello que, como resultado, vemos en ella una oportunidad táctica muy sólida a corto plazo.
Utilizando el enfoque descrito en nuestro informe de “Perspectivas de la plata: en la búsqueda de un destello”, trasladamos las proyecciones base del precio de la onza de oro, a las proyecciones del precio de la plata. Esto hace que incorporemos la fuerte correlación que el precio de la plata mantiene con el del oro. Asimismo, tal como hemos publicado en el informe de las “Perspectivas de la plata para el segundo trimestre de 2020”, mantenemos los mismos supuestos en el modelo. Aquí en eso último, sin embargo, debe tenerse en cuenta que la demanda industrial de la plata podría verse afectada por una continuación de las guerras comerciales, mientras que, en paralelo, es probable que el incremento de las inversiones en el sector minero provoque un aumento de la oferta de plata y los inventarios en las bolsas de futuros se mantengan en niveles amplios. Esto en parte describe por qué la plata podría contraer, para fines del período proyectado, parte de la apreciación que estaría obteniendo a corto plazo.
Gráfico 1: la estimación del valor de la plata
Recientemente la plata ha estado equiparando su valor al del oro, el cual ya venía apreciándose –inicialmente, más rápido que la plata-. La creciente demanda para estos activos “anti-frágiles” o defensivos, nace del deterioro de las perspectivas económicas globales surgidas a partir de la escalada de la guerra comercial y las posibles políticas que puedan surgir a raíz de ello. Claramente para los inversores, el oro ha sido el primer puerto de parada para el resguardo de sus carteras ante la amenaza de los peores escenarios posibles. Cabe observar, además, que si bien el oro es el metal precioso que tiene menos carácter industrial, es el más defensivo entre éstos. Sin embargo, el hecho de que el posicionamiento especulativo en los futuros sobre oro haya alcanzado récords históricos, algunos inversores están rotando hacia la plata, cuyo posicionamiento no es tan extremo.
En resumen, aunque nuestras estimaciones apunten a que el oro continúa siendo el mejor instrumento de cobertura para los riesgos geopolíticos –y las políticas asociadas que surjan como respuesta de ello-, es probable que el mercado de la plata ofrezca una oportunidad táctica a corto plazo. La plata ya ha comenzado a avanzar fuertemente y su momentum a corto plazo podría seguir extendiéndose.