Es el hombre de las mil caras, el presidente de Estados Unidos que más titulares genera, gran aficionado a las redes sociales y a utilizar todo canal de comunicación existente para tener al mundo entero pendiente de él. No se asusta ante nada, ni se achanta ante nadie. No le importa que le tachen de especulador de los mercados, incluso se vanagloria de su protagonismo al afirmar que él podría provocar un crash mundial.
A sus 72 años, Donald Trump sigue siendo un gran negociador. Con solo una palabra puede hacer que los mercados se desplomen o, al contrario, que rocen máximos. Criticado por muchos y vanagloriado por otros tantos, lo cierto es que está cumpliendo a rajatabla su programa “America First”.
La economía de Estados Unidos crece a su mejor ritmo desde 2014, al 4,1% anual según los datos del segundo trimestre. El desempleo está cerca de su mínimo en 18 años y el ritmo de exportaciones también aumenta.
Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, me decía en una reciente entrevista que Trump es un negociador de puño encima de la mesa, y que la diferencia entre él y otros presidentes estadounidenses es que él no es tanto de reunirse en cumbres; a él le va más decir: “Aquí se va a hacer lo que yo diga, y cuando yo lo diga”.
Y, si ustedes miran atrás y vuelven a situarse en el presente, verán que es así. Trump tiene al mundo entero pendiente de con qué ánimo se sienta en la misma mesa con China, o con Canadá, incluso con Europa. Los mercados aplaudieron el respiro que le dio a México, y seguramente en breve aplaudirán el acuerdo al que llegue con Canadá.
Trump es un hombre de acuerdos. Ya firmó uno el pasado junio con nada más y nada menos que Kim Jong-un, líder de Corea del Norte y uno de los hombres más temidos del Planeta, para empezar la desnuclearización.
También suavizó en julio su relación con Vladimir Putin, presidente de Rusia, en la primera reunión que mantuvieron ambos líderes en Helsinki, donde ambos mostraron su compromiso de cooperación.
Si ha estrechado la mano de Kim Jong-un y de Putin, ¿de verdad creen que no será capaz de llegar a un acuerdo comercial con China, Canadá o Europa?
Ayer mismo, China confirmaba que aceptaba la invitación de Estados Unidos para reunirse de nuevo para seguir acercando posturas de cara a un acuerdo comercial. Cierto es que Trump salió al paso enseguida para afirmar que el acuerdo no sería tan fácil, quizá receloso de la alegría de los mercados (China subía un 0,2% y Wall Street rozaba máximos).
Piensen que ya no queda tanto para el 6 de noviembre, día de elecciones legislativas en Estados Unidos, y corren rumores de que los asesores de Trump estarían alertando al presidente de que sería bueno llegar a dichas elecciones con acuerdos internacionales encima de la mesa.
Pero, la pregunta es: ¿Creen que Trump necesita que le asesoren?