Ryanair (LON:RYA) una de las principales aerolíneas europeas, ayer cerró con una caída de en torno al 4,62% y hoy abre con una caída más tenue en torno al 0,20%. Ayer fue un día en el que han surgido tensiones en el sector de las aerolíneas por la publicación del cambio de perspectivas a la baja de Lufthansa (DE:LHAG), respecto a sus beneficios. Esto ha puesto de manifiesto una vez más la presión de los precios a la baja y como esta afectando a los márgenes de las aerolíneas.
En el caso de Ryanair, también se le añade el hecho de que, en España, el Ministerio de Trabajo podría sancionarla si no cambia el sistema de agencias que utiliza para contratar a gran parte de su tripulación.
Durante los últimos meses no ha tenido una tendencia clara, mostrando mayormente un movimiento lateral y, en las últimas sesiones está volviendo al mínimo de la tendencia bajista anterior, marcado en 9,54 libras.
En 2019 se inició una corrección alcista, con la que intentó alcanzar la resistencia de en torno a 13,44 libras marcada por el 61,8% de Fibonacci. Pero finalmente, formó un doble techo que fue confirmado por el pull back de mediados de mayo. Tras esta figura de vuelta con fallo, ha desarrollado un movimiento lateral hasta la sesión de ayer, en la que el precio trata de alcanzar el mínimo de la tendencia bajista anterior, también marcado por la corrección del doble techo previo, y formando ahora un posible doble suelo.
Cerca de este precio objetivo, le faltaría fuerza para romperlo a la baja, con el indicador RSI presentando una divergencia alcista, con mínimos crecientes en precios y máximos decrecientes en RSI de 14 sesiones, aumentando la posibilidad de rebote. Por otro lado, con la caída a lo largo de la sesión de ayer se ha producido un hueco, que nos llevaría a esperar dos o tres sesiones para ver si lo rellena con un movimiento al alza de mayor calado. En caso de que rompiese el fuerte soporte, se metería en una zona de fuerte recorrido a la baja.