"La primera vez que vi, con bastante horror, andar un pollo sin cabeza fue en los carnavales de mi pueblo. Hace muchos años. Recuerdo que había un concurso, que consistía en algo parecido a la gallina ciega. Alguien donaba un pollo de corral, de esos que estaban todo el año alimentándose con sobras, hierbas y lo que encontraban. Los participantes apostaban una peseta, o menos. El que lograba matar al pollo, colgado de las patas desde la rama de un árbol. Se lo llevaba como trofeo. Un tío mío lo logró. Tanto ímpetu puso que dejó al pobrecito animal sin cabeza. Al desatarlo, el pollo descabezado salió corriendo sin saber a dónde ni cómo. “Ir como pollo sin cabeza” es ir corriendo por todos lados frenéticamente, como hacen los pollos o las gallinas cuando les cortan la cabeza. Se usa para decir que puede que estés avanzando pero sin saber a dónde, ni para qué. Es la frase de moda respecto al Gobierno de España", me dice el CEO de una gran gestora, que añade:
"No es bueno, que entre los inversores nacionales y extranjeros se instale esa idea. Que se mofen. Hoy firman un acuerdo ya la media noche lo corrigen. Al día siguiente hacen guiños, a los que han dejado tirados. Una noria, que deje en evidencia la seguridad jurídica, entre otras cosas".
"La gran suerte para nosotros los españoles, como para la mayor parte de ciudadanos del mundo, es que los tipos de interés están bajo cero, negativos. Nunca fue tan fácil tener dinero prestado, con apenas intereses, que pagar al banco. Nunca los Estados cobraron a quienes les compran deuda".
"Un mundo al revés, desconocido. Sabemos dónde estamos, de dónde venimos, pero no sabemos a dónde vamos. La Historia, no obstante, es tozuda y repite ciclos cada 10, 20, 50, 100 años. Lo que sucede ahora cambiará de tercio cuando nadie lo espere. Como siempre, con nocturnidad y alevosía".
"Bufetes de gran prestigio internacional alertan de las condiciones jurídicas en España y como donde dije digo, digo Diego. Gobiernos entrantes que borran normas de los Gobiernos salientes. Lo de siempre".
"Inseguridad jurídica y el pollo, sin cabeza, sin saber a dónde ir. El dinero extranjero, al menos en la Bolsa, ha dejado de fluir".