Otra vez Grecia está en el centro de la polémica en Europa, y otra vez es generador de incertidumbre respecto al futuro del euro. En línea con la propuesta anterior a las elecciones que ganó Syriza, la agrupación de extrema izquierda que se hizo cargo del poder en el país heleno, las primeras medidas tendieron a buscar un acuerdo que incluyera quitas de deuda y extensiones de plazos de pago.
El resto de Europa, en especial Alemania, aclaró rápidamente que no habrá quitas de ningún tipo, y el miércoles, a última hora, el Banco Central Europeo (BCE) agregó un nuevo elemento de presión: anunció que no tomará bonos emitidos por el Estado griego para financiarse. De esta forma, a los bancos del país del sur europeo se les acercan horas difíciles, y dentro de pocos días.
Desafiante, el gobierno griego busca no dar el brazo a torcer, en sendas reuniones que mantiene el jueves con Mario Draghi, presidente del BCE, y con autoridades económicas alemanas. Pero la decisión de la entidad no deja muchas dudas acerca de cual es la intención de Europa: disciplinar a Grecia.
Esta situación, de compleja resolución y que en cualquier caso profundizará la crisis griega -solo podría adormecer la crisis pero no salir adelante sin medidas de austeridad-, impacta en el euro, que oscila en rangos de precios amplios en pocas horas.
La moneda única se torna poco operable en corto plazo, dado que está sujeta a variaciones de precio imprevistas. Para las próximas jornadas, esperamos una recuperación del euro, buscando la zona de 1,1660/65, donde en su cruce con el dólar encontrará resistencia en un ratio Fibo, 61,8% del movimiento 1,2565/1,1097.
En estos momentos, por otro lado, el Banco de Inglaterra (BoE) da a conocer su comunicado de política monetaria del mes, sin cambios previstos: seguirán los tipos de interés muy abajo (0,5%) y el plan de compra de activos. Eesta situación, que se esperaba distinta para enero, finalmente no tiene visos de cambio en el corto plazo. La votación de los miembros del BoE se conocerá en dos semanas, con las actas de esta reunión, que es donde efectivamente la libra se verá impactada, y probablemente a la baja.
El yen, por su parte,casi no ofrece cambios en su cotización con el dólar. Se mueve, técnicamente hablando, en un canal bajista que constituye una tendencia en sí misma. El precio actual, de 117,35, aparece a mitad de camino entre las bandas de dicho canal, por lo que su desenlace está abierto, y no parece ser el jueves el día en que el mismo se produzca.
La agenda del día incluye las peticiones semanales de desempleo, y las cifras de balanza comercial en Estados Unidos y en Canadá; estas noticias se conocerán a las 8:30 del este. Y el dólar podría volver a caer, aunque en forma atenuada.