(Artículo elaborado por Gracia Campos, responsable de Fondos de Inversión de Deutsche Bank (DE:DBKGn) España)
El mes de noviembre volvió a ser un buen mes para los activos de riesgo gracias a la estabilización de los datos económicos y a los avances en las negociaciones de la llamada fase 1 del acuerdo entre EEUU y China. Mientras, los mensajes de la Fed sobre que no prevé más rebajas de tipos y los de la nueva presidenta del BCE apuntando hacia un cambio de estrategia en su política monetaria han llevado a subidas en las rentabilidades de los bonos. Se alejan así de los mínimos históricos alcanzados en verano, aunque persisten en niveles muy bajos.
A cierre de mes, el calendario apretado que se acerca la fecha oficial de imposición de los aranceles pendientes a China (15 de diciembre), y los mensajes siguen siendo contradictorios entre ambas partes. Se habla de que el acuerdo está muy cerca, pero no se termina de firmar, y además, la relación política entre ambos países se ha enquistado tras las protestas sociales en Hong Kong. Finalmente, Trump firmó la nueva legislación que obliga a revisar año a año el actual status comercial de Hong kong, vinculando el mantenimiento de los aranceles favorables al compromiso del gobierno chino con la protección a la democracia en la isla. Especial mención este mes a la mejora de los datos de confianza empresarial, sobre todo del sector industrial, que se alejan de los mínimos y reducen los miedos a una recesión mundial.
La mayor parte de los organismos internacionales han publicado sus estimaciones para 2020 en el mes de noviembre, con un crecimiento previsto de la economía mundial en torno al 3%-3,2%, un crecimiento más bajo que en 2019, pero lejano a la recesión. Los inversores estarán muy pendientes en este último mes del año de las negociaciones comerciales, con el 15 de diciembre como fecha clave. Aunque la firma de la fase 1 del acuerdo parece poco probable antes de dicha fecha, existe confianza en que se produzca un aplazamiento en su establecimiento.
En el capítulo económico, muy pendientes de las ventas navideñas dado que pese a que las encuetas de confianza industrial han mejorado ligeramente, sigue siendo la demanda doméstica la clave para evitar la recesión. Dado que el riesgo de recesión es bajo, y asumiendo que las negociaciones comerciales fluirán, elevamos el peso de la renta variable en las carteras, hasta situarlo en niveles neutrales (frente al infrapeso anterior, vigente desde abril de 2019). Apuesta por mercados desarrollados vs emergentes, por EEUU frente a Europa, y por Asia frente al resto de emergentes. En renta fija, seguimos viendo sólo oportunidades en algunos títulos corporativos, bonos públicos de la periferia, en bonos de EEUU con duraciones largas, y en bonos emergentes en divisa fuerte.