Este artículo fue escrito en exclusiva para Investing.com
Las valoraciones de las acciones están en su nivel más elevado desde la era de la burbuja puntocom, y el S&P 500 se negocia a 19,6 veces las estimaciones de ganancias para 2022 de 191,40 dólares según datos de Refinitiv. Eso también está muy por encima de la media desde 1985 de 13,1, lo que sitúa el índice en territorio muy caro.
Nada importa lo que piense nadie, ahora mismo nos encontramos en una burbuja. Pero pasará mucho más tiempo hasta llegar a la misma valoración que en 2000. En ese año, el S&P 500 tenía una relación PER de alrededor de 23,5. Si aplicamos las estimaciones de ganancias actuales de 191,40 dólares por acción a eso y el índice tendría que subir hasta 4.497. Eso es una subida de un 15% más con respecto a su precio de cierre de 3.803 del 7 de enero.
El S&P 500 ya ha subido considerablemente desde sus mínimos de marzo, y un salto hasta 4.500 significaría que se ha más que duplicado desde entonces. Las importantes ganancias de este año en el mercado de valores han llegado tras una expansión múltiple. La relación PER se ha visto impulsada por el desplome de los tipos de interés, ya que la Fed ha desatado una política monetaria sin precedentes acompañada de estímulos fiscales.
Esto ha llevado a los inversores a avanzar más en la curva de riesgo en un intento de encontrar rendimientos, lo que ha hecho que la relación PER del S&P 500 se eleve y ha llevado la tasa de rendimiento a su nivel más bajo desde principios de 2000. Ese rendimiento es actualmente de un 5,1%. En 2000, registró mínimos de alrededor del 4,25%.
Lo que podría ser más aterrador sobre el actual movimiento al alza es que podría no haber terminado, ya que los múltiplos podrían en teoría expandirse aún más. Al comparar el rendimiento de las ganancias del S&P 500 con la tasa a 10 años, cotiza con una prima del 4,1%. En 2000, el rendimiento de las ganancias se negociaba con un descuento del 2% con respecto a la tasa a 10 años. Esto demuestra lo exuberante que llegó a ser a finales de la década de 1990.
Pero hasta cierto punto, lo de finales de los noventa fue diferente porque las tasas a 10 años fueron mucho más elevadas, ascendiendo al 4, 5 e incluso 6%. Desde 2010, las tasas no han sido superiores al 4%.
Si miramos el mercado basándonos en las tasas actuales, podríamos argumentar fácilmente que las acciones ya no son baratas. Un rendimiento de las ganancias a una prima del 4% con respecto a la tasa a 10 años ha sido, al menos desde 2010, la máxima valoración.
Desde 2010, sólo ha habido dos ocasiones en las que la prima hay caído por debajo del 4%, y eso fue en enero de 2018 y en octubre de 2018. Todo el mundo recordará lo que vino poco después de eso: dos correcciones relativamente rápidas del mercado de alrededor del 12% y el 20%, respectivamente.
Es fácil imaginar y hacer una comparación frente a finales de la década de 1990. Si se trata de una burbuja bursátil, parece totalmente posible que aún haya mucho más margen de subida. Las únicas cosas que probablemente se interpongan en el camino de la subida del mercado son las nuevas incorporaciones a las listas del mercado o la subida de los tipos de interés. Si eso sucede, la expansión múltiple podría convertirse rápidamente en una contracción múltiple, lo que no sería divertido para nadie.