Wall Street acabó mixto la jornada de hoy, en una jornada de pocos cambios. El Dow Jones cedió un 0.13% a 21,611.78 pts y el S&P’s 500 un pírrico 0.02% a 2,473.45 pts. Pero el Nasdaq logró su décima jornada consecutiva de subidas, algo que no sucedía desde febrero de 2015, y encadenó su tercer récord histórico consecutivo: avanzó un 0.08% para terminar en los 6,390.00 pts. Con el avance de hoy, el Nasdaq ha trepado casi un 19% en lo que llevamos de año y un 15% desde que el presidente Donald Trump llegó a la Casa Blanca.
El Nasdaq, que atravesó algunos problemas al inicio del verano al venderse las acciones de las empresas más emblemáticas, englobadas en el acrónimo de FANG (Facebook (NASDAQ:FB), Apple (NASDAQ:AAPL), Amazon (NASDAQ:AMZN), Netflix (NASDAQ:NFLX) y Google (NASDAQ:GOOGL)), se ha recuperado de la mano de esas mismas empresas.
A su vez, el rally de Wall Street deja claro que a los inversionistas no les preocupan los problemas políticos de Trump ni la parálisis que atraviesa Washington: no ha logrado sacar adelante el “Trumpcare”, ni sus planes de desregulación, ni sus proyectos de infraestructura. Queda por ver qué pasa con la reforma impositiva: se habla que en septiembre podría intentar sacarla adelante, y de ser así podría dar otro empujón al alza a los mercados. Quizás buena parte de este rally se sostiene en esa esperanza. La otra razón son los reportes corporativos, que están siendo boyantes.
Pero por lo demás, Trump recibe una baja tasa de aprobación, y está siendo investigado por la trama rusa. El fiscal especial, Robert Mueller, dijo que no sólo investigará los nexos entre la administración de Trump y el gobierno ruso, sino también las finanzas de la familia Trump: no sólo del presidente, sino también de su hijo y de su yerno. Trump ha advertido a Mueller que no se extralimite. Hay que recordar que en alguna ocasión, Trump ha amenazado con despedir a Mueller, lo que sería un verdadero escándalo y una situación muy “nixoniana”. Además, el no puede hacerlo directamente: en caso de intentarlo ocasionaría una verdadera tormenta política. La única persona autorizada a hacerlos es el vicefiscal general, Rod Rosenstein, quien ha afirmado que no lo hará salvo que exista una “causa justa”. Por tanto, para despedir a Robert Mueller antes tendría que echar de su cargo a Rosenstein, de quien ha puesto en duda su lealtad. Eso sería algo así como “la masacre del sábado por la noche” de Nixon en 1973, cuando tuvo que despedir a dos altos funcionarios del departamento de justicia de Estados Unidos para poder echar al fiscal general del caso Watergate.
Pero como decimos, hasta ahora todas esas circunstancias no han impedido que Wall Street se elevara a nuevos récords luego de seis meses de Trump en la Casa Blanca. La expectativa de que aún pueda sacar la reforma fiscal junto con la perspectiva de que los beneficios corporativos sigan creciendo sigue animando a los inversionistas a comprar: la economía se expande a buen paso, el crecimiento de los salarios es bajo, la inflación está controlada y las tasas de interés siguen en niveles deprimidos. Todo se ve bien.
En Europa, el principal acontecimiento fue la reunión del BCE y la conferencia de prensa de Mario Draghi. El euro, que antes de la conferencia de prensa de Draghi perdía terreno, terminó con una apreciación de 1.0% en 1.1632 dólares. Y eso pese a que Draghi dio pocas pistas sobre cómo conduciría el plan para retirar los actuales estímulos fiscales.